Estoy fuera de Madrid con el perro. Y no, no se imaginan
ustedes lo que he tenido que andar para comprar el HOLA y contárselo a ustedes.
El perro, telepáticamente me dice que a ver si es necesario andar tres
kilómetros para ver a Paula Echevarría haciéndose la influencer. El perro tiene
razón, pero yo me debo a ustedes, que le vamos a hacer. Que una vez que se me
olvidó publicar esta crónica, recibí más de 600 mensajes preguntándome a ver si
estaba bien, si me había dado un síncope o si la revista me había denunciado.
También me escribió una chica rusa ofreciéndose para una boda rápida y excitante,
pero esa ya es otra historia. Total, que fiel a esta cita semanal, aquí me
tienen, en carne viva y hecho una furia. Porque si hay un número de la revista
que no va a pasar a la historia es este. Toda la gente que no nos importa
absolutamente nada, reunida en un homenaje al tedio que ni se te riza el
flequillo del impacto. Ojo, que también sale gente guay y yo se lo cuento, pero
madre del amor hermoso que no saben el esfuerzo que he tenido que hacer para
escribir esto sin dormirme. Con decirles que cuando he acabado, el perro ha
pegado un mordisco a la revista y la ha escupido. Imagínense.
La cosa empieza con una diseñadora portuguesa que, o es
daltónica y lo ve todo azul y rojo, o su gama de Pantones es la misma que la
del Payaso de Micolor. Porque esa casa es el Cotylandia de lo pijo. No le falta
detalle. Es más, les llegas a poner etiquetas a las cosas y te imaginas como
sería un Ikea diseñado por Carmen Lomana. Ese rollo. Ella, por supuesto, vive
feliz porque resulta que por la mañana ve el río Tajo y luego se va a Nueva
York porque además de hacerse unas mechas horrorosas, ella diseña cosas. También
dice que sus padres le han dado “libertad para viajar”. Debe ser que de pequeña
le tenían secuestrado el pasaporte. Lo mejor es cuando las del HOLA le
preguntan que a ver si ella es un “espíritu libre” y ella contesta que se ve
obligada a serlo. También le deben haber obligado a comprar una banqueta doble
con forma de tigres, porque ya me vas a contar…
Carlota de Lo Mónaco debe tener un embarazo como el de las
perras. Porque la semana pasada lo anunciaron y esta semana sale con un bombo
que no lo tenía ni Pilar Rubio a los nueve meses. Claro que Carlota es súper
veloz para todo. Porque la sensatez persigue a Carlota pero ella lleva años
siendo más rápida.
Una marca me dice que debería personalizar mi barra de
labios. Puedo elegir entre el “geranio radioactivo” o el “fucsia mariquita
ilusión”. Me tientan los dos. No sé qué hacer. Y el perro no me ayuda.
¿Qué ha hecho la Reina Letizia esta semana? ¿Le ha hecho una
llave de Judo a una infanta? ¿Ha ganado un campeonato de dardos sobre la cara
de Urdangarín? ¿Ha luchado por la paz mundial? Pues no, ella se ha puesto un
traje blanco y las del HOLA, que están de vacaciones cerebrales dicen que ha
reinterpretado el look de su pedida. O alguien me trae un café o no sé cómo seguir
escribiendo esto.
MARÍA ZURITA, es una señora de flequillo supersónico con la
que me rio muchísimo en Instagram. Y María ha sido madre de un churumbel que se
llama Carlos y que está pasando unos días en la incubadora, pero todas
tranquilas que está fenomenal. María es muy jefa porque lleva todo el año como
gafas de sol de esquiar y actitud de no saber (como yo) qué barra de labios
elegir. Por eso mola.
RICHARD GERE se ha vuelto a casar en un rancho con una chica
española con la que , por lo visto, tiene algo kármico y místico. Imagínate el
drama. Porque yo desde que vi Pretty Woman, he pensado en hacerle trescientas
mil salvajadas a Richard, pero ninguna kármica, ya ves tú.
ALERTA CHONI
RANCIA DE JORDANIA ha salido a la calle con chándal y
tacones. Es decir, las profecías de aquella folclórica de “informal pero
arreglá” se han convertido en realidad. Rancia, en realidad tiene pinta de excantante
viejuna de girl band inglesa. Lo malo de esto es que, en cuanto se entere
Letizia, no la vamos a poder sacar de un Decathlon. Al tiempo.
KIKO RIVERA está deprimido. Y las del HOLA se agarran la
perla y se ponen la mano en el pecho para contarnos este trance y los describen
como “un hombre totalmente hundido en un par de días”. Ellas ahí, levantándole la
moral a Kiko. Aunque claro, si uno piensa que mientras está de bajón no canta,
pues igual ni tan mal.
DAVID BUSTAMANTE se ha dado un paseo de la mano con una
bailarina rusa (atención) experta en acrobacias de 30 años. David sale en las
fotos con cara de haber hecho arroz y eso es buenísimo. Porque como vuelva a sacar
un single de esos tipo “a solas con mi soledad”, el perro y yo nos arrancamos los
tímpanos. La rusa, por cierto, tiene una pinta maravillosa de no saber lo que
es una faja enteriza. Como lo oyen.
Lo he vuelto a hacer. He caído. He vuelto a ponerme una
muestra de colonia que regala la revista. La cosa es tan cítrica que tengo al
perro lamiéndome la cara como si fuese una naranja exótica. Qué pasmo.
CAROLINA HERRERA (la hija) y EL LITRI se han juntado para
una comunión o algo así. A las del HOLA les parece espectacular que sean tan
civilizados. ¿Qué esperaban? ¿Qué ella le reventase la cara delante del cura
con un bolso diseñado por su madre? Por cierto, el verdadero drama es EL LITRI.
Porque este señor era un chulazo y ahora mismo está que le quieres invitar a
unos macarrones y llevarle a una peluquería de confianza. No sé si lloro por
esto o por lo que escuece la colonia.
IKER Y SARA se han dado un beso en público. Esta es la noticia.
Probablemente, la semana que viene nos sorprendan con la noticia de que Sara ha
salido de casa sin dejarse un grifo abierto y que Iker ha colgado un cuadro él
solo.
También sale una hija de CINDY CRAWFORD que es clavada en la
ambición a su madre y a la que con 16 años ya están paseando por pasarelas
mundiales. Y encima le han puesto de nombre KAIA, que quedará finísimo, pero se
pronuncia CALLA. Y a ver cómo vas tú por la vida si cada vez que aparecen en un
sitio te dicen “¡CALLA!”. Pues eso.
Tremendas declaraciones de AITANA de OT: “Soy así, de
constitución delgada”. Por favor que alguien me dispare a las rodillas. A las
dos.
Y ya nos vamos de cabeza a las tendencias impagables para
que sea usted un ejemplo del liderazgo y la empoderación mundial. Que usted no
se merece menos. Recuerden: si sus vecinas no rabian de la envidia con esto,
todo está perdido.
-MODA PRIMAVERAL. El look básico consiste en mini vestido de
flores, zapato bajo, bolso bueno de cuero, pelo recogido y cara de no haber
probado nunca la cocaína. No me pidan que les explique esto. Solo vean a las de
las fotos.
-PENDIENTES. Por lo visto, usted es una degenerada y/o
concejala de medio ambiente de un ayuntamiento de izquierdas si no lleva usted unos
pendientes del tamaño de un jamón de jabugo colgandero. Es probable que termine
usted con las cervicales como la carrera de Pitingo, pero a moderna no le va a
ganar nadie.
-HÁBITOS PARA REJUVENECER: Al loro porque nos ofrecen muchos
consejos surrealistas como que andemos rápido (andar lento es de vieja, por lo
visto) y que nos protejamos del ordenador. El colmo viene cuando dicen que
estar sentada más de 35 minutos es de loca y de viejuna. Pero ¿esto quién lo
escribe? ¿Pocoyó?
Y así acabamos el repaso a la insustancialidad semanal. No
se olviden que les espero este domingo a las 21 horas en directo desde el
Facebook Live de Masterchef que lo que les voy a contar les va a dejar aún más
empoderadas y livianas de la vida. Gracias por leer y compartir esta idiotez en
las redes sociales. Les quiero más que Raquel Mosquera a una trenza postiza.
1 comentario:
Pos fíjate que a mí con lo de El Litri me han dado una alegría, porque hubo un tiempo en que tanto él como yo estábamos buenísimos. Y claro, el tiempo pasa, al pasar te pisotea viva, y aquí estaba yo lamiéndome las heridas (y los dedos, que yo la operación bikini como que no) y pensando lo mona que yo era, cuando veo al Litri. Y chica, me he venido arriba. Porque yo habré perdido parte de mi atractivo juvenil, pero es que el Litri parece una momia forrada de bacalao. Así que ahora estoy muy contenta porque ya no seré tan joven y atractiva, pero al lado de El Litri estoy para hacerme un Interviú. Y tenemos la misma edad.
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