Obviamente, cuando uno va a un reality show a lo que va es a que le despiecen en vivo y en directo. Pero cuando uno es un "vip" (lo pongo entre comillas por las risas) pues se supone que uno ya conoce ciertos trucos de la tele y debería ser un pelín listo para evitar que le pillen con el carrito del helado. Esto lo digo por Gloria Camila, ejemplo de casi todo lo que no debe ser una adolescente.
Gloria Camila tiene mala hostia. Muy mala hostia. Y además de eso un concepto del amor digno de manual de patología. Ese novio es un cuadro de comedor y no encuentro una manera elegante de decirlo. Kiko es un micromachismo con patas, por mucho que lo quiera disimular. Y ella está de lleno metida en un juego que por lo menos, es incómodo de ver. Pero además, Gloria Camilia odia. Los odia a todos. Le tiene asco hasta a Juan Miguel, esa especie de Pocoyó travesti que es el salseo del programa hecho (mucha) carne. Es una verdadera pena ver a una chica pillada off cámara desplegando su mala hostia. Gloria Camila no es una niña inocente a pesar de los mohines, de las coletitas y de ese novio que le pesa como una lápida de mármol. Y parece mentira que para lo jóven que es ya esté como está. Y no me vengan con que fíjate tú la familia. Existen miles de personas con conflictos familiares como el de ella o peores y no van por la vida enseñanado el colmillo. La pillada a Gloria Camila y su novio lo único que demuestra es la tristeza y la amargura de una jovencita que está muy perdida en la vida y muy sola en esa isla.
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