jueves, 20 de noviembre de 2008

REVISTA HOLA: LA BODA DE LECQUIO

Hoy dedico el artículo principal del HOLA a la boda de ese bodorrio. El hombre pegado a un pollón de photoshop al fin se ha casado para alivio del gremio de azafatas de vuelo nacional. Como siempre que hay una boda más o menos aparente, el HOLA le dedica chorrocientas páginas con la sanísima intención de provocar un suicidio masivo en la redacción de OK que, está semana hablaran de algo tan interesante como “Los sillones que le gustan a María Jiménez” o algo peor. Sigan atentos que les cuento lo de la boda.

Lo más sorprendente de todo es que Ana Obregón ha acudido vestida de su edad. Se lo juro. Hasta Dana ha traído un colirio porque no dábamos crédito a lo que veíamos. La Obregón con un abrigo y un vestido sin que se le salgan las tetas. Hay que joderse. Nos ha decepcionado total, porque sinceramente esperábamos que Ana se presentara vestida de vedette o de cualquier otra cosa para joder a la novia. Y hablando de la novia les contaré que iba vestida rollo “hago de Julieta en la función de fin de curso de las Jesuitinas” y que el vestido le hacía unas tetas horribles, lo cual es un asco porque la chica es tan joven que podría ser la hija de su nuevo marido. Eso sí, gracias a Dios que ha ido vestida de lila, porque llega a ir de blanco y las carcajadas se hubieran escuchado en Zimbabwe.
Aparte de la Obregón y el hijo que le hizo el novio, pues la verdad que no han ido muchos famosos: Ana Rosa ha ido muy mona, muy sobria y muy de saber estar e incluso varias de las invitadas certifican que no se le rompe ningún músculo facial si intenta sonreír. María Patino ha ido vestida de tarta de fresa con un modelo entre Ágata Ruiz de la Prada y Milikito y un chulo de escándalo que se ha echado de novio. Boris Izaguire y Peñafiel parecían los abuelos de los Teleñecos y poco más.
A mí, con la trayectoria que tiene este hombre de zumbarse todo lo que respira, la boda me ha parecido de un rancio que tira “p’atrás”. Mucha mantilla y mucha piel. Y eso es fatal, porque si se llegan a haber enterado las de PETA (ese club contra los abrigos de piel) hubieran liado una de morirse a zambombazo limpio contra las marquesas. Y eso sí hubiera sido una boda divertida, graciosa y aparente. Las de izquierdas conta las del HOLA. Una maravilla hubiese sido.
También les tengo que contar que el hijo de la Obregón, el que propició aquel cataclismo porque Cantizano quería mostrar sus nalgas o algo así, está altísimo y tiene estampado el Barrio de Salamanca en la frente, porque el chiquillo apunta unas maneras de pijo que van a aterrorizar hasta a los hijos de Naty Abascal, máximos representantes del porno chic nacional.
Asimismo ha ido a la boda Pitita Ruidrejo, a la que yo creía muerta hace varias décadas. Y Pitita sigue llevando “ese” pelo y esos estilismos tan patrocinados por www.yoveoalavirgenymedicequesoyguapa.com y es una maravilla oigan. Yo de mayor quiero ser como Pitita que para tener unos 158 tacos sigue teniendo unas piernas que invitan al pecado carnal. Antes de que se me olvide, la Obregón ha sido testiga de la boda y aprovecho para desmentir que todo un club de alterne de carretera hayan sido invitadas como testigas también, porque les entró una risa tremenda cuando se enteraron de que Lecquio se casaba. Porque si la Obregón puede, ella también.
Pues esto ha sido la boda más o menos. Estén atentos que en un horas horas les cuento el resto del HOLA que viene de mareo…

2 comentarios:

Alison McClaclan dijo...

Te has olvidado que parece ser que Anita pidió de comer otra comida que no fuera la del banquete y se fue tempranisimo porque tenia que ensayar para ese programa chorra de "Mira como me caigo"

De verdad! A donde vamos a ir a parar

Anónimo dijo...

Estabas inspirado hoy, eh? Joder, me he partido de la risa XD