martes, 5 de diciembre de 2017

PERFECTOS DESCONOCIDOS de ALEX DE LA IGLESIA




Lo reconozco, tenía una curiosidad inmensa por ver el “Perfectos Desconocidos” de Alex de la Iglesia, un paisano ya universal cuyo cine me cautivó desde “Acción Mutante” pero que con el paso del tiempo me había desinflado un poco, las cosas como son. Tenía muchísimas ganas de ver como se manejaba con una obra de Paolo Genovese que yo ya conocía, con todo lo que eso significa. ¿Es esta su película “de encargo” como han publicado varios medios? Sigan leyendo que les cuento.



“Perfectos Desconocidos” es ya, una de las pelis esenciales de este año. Así de claro se lo digo. De la Iglesia filma una de sus mejores películas y adapta un material que engrandece por momentos (incluso cuando evita en la adaptación “un secreto mortal” de la original) y además lo hace todo con un pulso acojonante. Todo ello porque se ha permitido ciertas licencias al rodar básicamente toda la peli en un ambiente opresivo que va de la risa al estupor, de la risa al llanto (magnífico Eduard Fernández en esa charla con su hija) y, porqué no decirlo, de la risa al asco.



No les voy a hacer un solo spoiler y les recomiendo encarecidamente que vean la peli con la menor información posible. “Perfectos Desconocidos” es una peli que se crece al salir del cine, de la misma manera que en su día lo hizo “Una proposición indencente”. Al salir del cine, usted va a hablar de la película, de lo que pasa en la película y de lo que se ha reído. De lo que quizá no va a hablar es del miedo que da todo. Porque de todas las pelis de ADLI, esta es de las que más miedo dan.



¿Los actores? Pues miren, un casting casi redondo. Ernesto Alterio es lo más cerca que vamos a estar nunca de Peter Sellers (el vestuario es la pista), Belén Rueda se ha convertido en una gran actriz, igual que Eduardo Noriega, Eduard Fernández da otro recital, Pepón Nieto lo peta y Juana Acosta y Dafne Fernández consiguen no ser devoradas entre tanto talento, que no es poco.



¿Les va a gustar? Probablemente sí. ¿Van a reírse? Probablemente también. ¿Van a hablar de ello? Absolutamente sí. Y esa es la magia del cine, que cuando se han encendido las luces, la peli sigue viva en nuestras cabezas. Lo único que falta saber es si ustedes se atreverían a participar en el juego que propone la película. Yo, desde luego que no. 


1 comentario:

Ginger dijo...

Yo también tengo ganas de verla, Alex de la Iglesia es un tanto... como decir ¿«particular»?, pero ¡me encanta!!!!


Saludos