viernes, 18 de septiembre de 2020

JOSELITO: CON J DE JEDET


Ayer tuve la oportunidad de ver en el cine el tercer capítulo de VENENO, la serie de los Javis que tiene a medio país revolucionado. Ustedes saben que yo, en mi blog, soy dolorosamente sincero, pero es que yo he venido aquí a decir lo que pienso y no a hacer necesariamente amigos. Sigan leyendo que les cuento más.

 

Después de la explosión técnica del primer capítulo y la emoción extrema del segundo, de repente el tercero (a priori) se me quedó un poco corto. Ya saben esas cosas de las expectativas. Sin embargo, esta mañana me he levantado absolutamente convencido de que es el mejor capítulo hasta ahora.

En “Acariciame” no hay algo tremendamente vistoso que contar como pasaba en el inicio de la serie. Eso lo hace el más complicado de todos. Porque en los dos primeros capítulos vemos a una Cristina mujer y a una Cristina niño. Sin embargo, aquí se habla de lo más difícil de todo en cualquier narrativa: la transición. Porque este capítulo comienza (SPOILER) con Joselito y termina (casi) con Cristina. ¿Y en qué se sostiene la magia? Pues miren, en la sobrebia interpretación de una señora que se llama JEDET.

No conozco a Jedet de nada ni me he tomado un café con ella en la vida. Miento. La actriz entrena en mi mismo gimnasio y una vez me fijé en ella porque resulta que cuando yo era un niñato me ponía muy cachondo Estefanía de Mónaco y cuando me crucé a Jedet entre mancuernas, me recordó mucho a ella. Imposible no fijarse.

La interpretación de Jedet es un tour de forcé. Una actriz en un papel que (evitando los lugares comunes) podría ser una mirada atrás para ambas. Para Cristina y para Jedet. Y es que la actriz no tiene en este debut frases míticas de Cristina a las que agarrarse ni estilismos grabados a fuego en nuestras retinas. Que no se me enfade nadie que lo de Daniela Santiago e Isabel Torres es de premio, pero lo de Jedet me ha parecido infinitamente más complicado. Su interpretación está en los ojos, y eso es complicadísimo. No hay fuegos artificiales. Jedet es el lado oscuro del camino de Cristina. El descubrimiento. La crisis de identidad. El intuir que ella es lo que sería. Y contar eso con los ojos me parece una proeza. Y un regalo para el espectador.

Espero que Daniela, Isabel y Jedet trasciendan a esto y sigan trabajando sin parar, por supuesto. Pero uno tiene derecho a elegir y yo quiero que Jedet me siga contando historias con los ojos, porque uno va al cine a que le entretengan, y ya si se puede, a que le dejen un poso y que todo vaya un pelín más allá.

No se la pierdan.

 

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