viernes, 14 de junio de 2019

LA CAÍDA DE LOS DIOSES


En este blog, ya saben ustedes que cero postureo. Por eso les cuento que anoche me ví de pe a pa la gala de "Supervivientes" más que nada porque nada más empezar, Jorge Javier avisó a la audiencia de que se iban a emitir unas imágenes desgarradoras de Isabel Pantoja con una grave crisis de ansiedad. No solo no engaño. Se quedó corto. Lo emitido ayer fue un espectáculo dantesco. Real pero dantesco. 

Isabel Pantoja, a pesar de no dar un palo al agua en la isla, es la protagonista de esta edición. Según lo publicado, ha firmado un contrato de dos millones de euros con Mediaset por dos añós. Después de lo que ví ayer, me parece hasta poco. Las imágenes del ataque de ansiedad eran un mezcla de miedo al ver a una persona en esa situación y risas, porque el momento "yo me voy de aquí aunque sea nadando" no lo superan ni los Martes y 13. Con lo que han sido Martes y 13. Justo en ese momento, me dí cuenta de que Isabel Pantoja era retratada y editada por las cámaras de Telecinco como su propia caricatura.

Que ella es legendaria nadie lo va a negar. Quizá es la última de una estirpe que nunca más se va a repetir. Una cantante increíble, de las mejores que hayan pisado un escenario. Y además, gracias a una vida que ha sido un zig zag emocional desde el día uno, Isabel es leyenda. Con mucho menos que la vida de Isabel se han hecho peliculones de Hollywood. Porque a Isabel le envolvía el misterio. Contadas apariciones que se convertían casi en eventos nacionales. Una reclusión auto impuesta en Cantora a salvo de los objetivos indiscretos. Pero todo eso ha cambiado. Anoche, Isabel Pantoja sacó a pasear a la persona que ha sido también ex presidiaria. Se abrió en canal. Lo que nadie nunca pensó que podía suceder, sucedió anoche. Y fue triste de ver.

Mientras veía las imágenes de esa Isabel desecha, lo único que podía pensar en que no le han pagado lo suficiente por esto. Porque después de esto, no queda mucho más. El mercado de la música ha cambiado y ya no hay casi sitio ni presupuesto para una artista de su talla. Una artista que, al parecer, necesita demasiado dinero para mantener demasiadas cosas. Ayer las miserias de Isabel salieron a la superficie en prime time. Y la audiencia ha respondido con el segundo mejor dato de la temporada y un 32% de audiencia, casi un milagro en estos tiempos. 

Isabel Pantoja, antes de anoche, era una figura misteriosa, con un halo de oscuridad y un talento imparable. Desde ayer es una mujer rota en un reality de Telecinco, con todo lo que eso implica. No puedo evitar desearle que invierta bien todo lo que ha ganado y que, después de esto, vuelva a cantar y encuentre su sitio. Porque ha pasado de ser misterio a ser pena. Eso es lo que pasó anoche. La pena inmensa de una mujer al límite. La artista no estaba.

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