domingo, 25 de febrero de 2018

SEÑOR, LLÉVAME PRONTO


Tengan ustedes esto en cuenta. Es domingo. Estoy un poco aturdido por el frío y la cabeza no la tengo del todo en su sitio. Vamos, lo normal, pero con más frío. Entonces les tengo que contar algo saleroso y miren, hemos tenido una semana muy espesa con las censuras, la política y el hecho de que Marta Sánchez la ha armado. Por eso esta tarde les escribo de algo que, de verdad, no tiene la más mínima importancia.. o lo mismo sí.

MAYTE (con "y" que es más de evadir impuestos) ZALDIVAR tiene ya firmado su regreso a la pequeña pantalla porque resulta que el hambre es muy mala ha firmado ya el contrato para irse a SUPERVIVIENTES con Raquel Mosquera. Mayte es historia penal de España porque una vez le quiso dar más hostias que a un tonto a su ex marido Julián Muñoz (el que baila flamenquito al borde de la muerte) en directo y dijo algo de unas bolsas de basura llenas de billetes que no eran del Monopoly y la Fiscalía (así en tropel) estaba viendo el programa y no se imaginan la que se lio. Una muy gorda. Vamos, que fueron al trullo todos. 

Y ahora Mayte con Raquel en la isla. Las dos en pareo, las dos sin posibilidad de ponerse vitaminas o hacerse estilismos capilares. Pensar en Raquel sin base de maquillaje es ya un asunto que aterroriza al más pintado y no porque no esté guapa. Es que Raquel lleva el barroquismo estampado en la cara. A Raquel le quitas los doraos, la lentejuela y los catorce kilos de pelo y la cosa no es lo mismo. Y Mayte aprovechando al máximo todo lo que ha aprendido en el talego. Dos supervivientes de ellas mismas. A punto de sacarse los ojos por un coco de más. Como el casting siga así, en lugar de en las páginas de tele, se va a hablar del concurso en las de sucesos. Al tiempo.

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