ROBYN: BODY TALK

No me canso ni me cansaré de recomendarles a esta cantante. ROBYN es exactamente lo que debería ser Madonna (la abuela elástica) pero con mucho mejor criterio. Robyn no es tan guapa ni se hace unos clips de millón de dólares. Y sin embargo y muy poco a poco se está convirtiendo en una verdadera reina del pop gracias a cosas como su último disco.

Su nuevo disco es una joya y no hay otra palabra para describirlo. Y no se crean que todo son temazos comerciales. Hay cosas que recuerdan a la locura de Bjork en los primeros tiempos como “Don’t fucking tell me what to do”, concesiones brutales a los ochenta (Time Machine) vía Giorgio Moroder, colaboraciones rarunas (Snoop Dog), un guiño al reggae (Dance Hall Queen) y el electro más rabioso (Fembot, We dance to the beat). Y luego vienen los temazos. Estamos acostumbrados a comprar un cd en iTunes y encontrarnos con 3 o como mucho cuatro canciones apañadas. Y sin embargo en este disco yo me he quedado alucinado con la capacidad de esta rubia menudita con cara de elfo para componer maravillas como Hang with me, Dancing on my own, Irresistible, Love kills, Get myself together o Stars 4 ever.
Si a ustedes les gusta el pop con mayúsculas les prometo que no van a encontrar un álbum más redondo en todo el año. Su ingenio para componer estribillos infecciosos (magistralmente escritos) es simplemente pasmosa. Estamos viviendo un tiempo donde parece que la industria se ha olvidado de lo que conlleva construir la carrera de un artista. Y Robyn parece que lo tiene clarísimo: quiere que el mundo entero baile y cante sus canciones. Y a cambio ofrece una lección de pop que debería ser escuchada por los ejecutivos discográficos del mundo entero, que parece que ya no recuerdan que lo que hace a un disco grande es sus canciones. De verdad… no se lo pierdan.