
Ya ven, hasta en política hay sorpresas. Cuando escribí aquel artículo que se llamaba “Trinidad y Esperanza” no me imaginaba que a estas dos les iba a llegar su… Santo Tomás. Y es que hoy todos los periódicos hablan de la victoria de Tomás Gómez, un señor que me cae bien porque lo tenía todo en contra ¿O no?
Tengo una amiga que dice que, en realidad, esto ha sido una maniobra de marketing de ZP que siempre supo que no podría con Tomás y con esta cosa con el enfrentamiento con Trini, lo ha terminado encumbrando y dándole un sitio en la arena pública que antes no tenía. No soy yo muy partidario de esa teoría, ya ven. Yo descubrí al señor Gómez en una entrevista en “La Noria” y me dio hasta miedo. Porque parecía un señor honrado que se dedicaba a hacer política. Con un carisma considerable, el señor Muñoz no daba rodeos y contestaba a las preguntas que se le hacían. Y eso, en estos tiempos, me da terror, que quieren que les diga. Porque este señor parece (y lo será hasta que se demuestre lo contrario) intachable. Y yo creo que en mi conciencia y en la de todo el mundo hay un terror enorme a los políticos.
De todas maneras, una cosa agradable de descubrir ha sido el “enfrentamiento” entre Trinidad y el señor Gómez. Un enfrentamiento que a mí no me ha parecido tal. Un enfrentamiento es el que tienen Esperanza y Alberto y pruebas de ello tenemos a patadas. Esto ha sido una pelea legal (o eso me parece a mí) por un puesto de trabajo. Por eso, esta mañana le quiero dar la bienvenida al señor Gómez a la arena política mediática, porque desde hoy, es el enemigo número 1 de Espe y créanme, eso no debe ser tarea fácil.
De la misma manera que hay políticos del PP que me caen bien (no lo puedo evitar, me fascina el carisma de Gallardón), el señor Gómez me cae de maravilla y tan sólo espero que sea todo lo que parece. Vivimos en un país inmerso en escándalos judiciales protagonizados por políticos (Malaya, Palma Arena, etc.) y hemos pasado de confiar en un cambio a no fiarnos ni de nuestra propia sombra. Y en medio de esto, está el señor Gómez, un señor al que adoran en su pueblo, con una fabulosa gestión a las espaldas y que contesta a las preguntas que se le hacen. Ya les digo…inaudito.
Ahora, esperemos que todo esto sea verdad…
1 comentario:
A ver... Usted es que me es muy de extremos y, si le digo la verdad, sabiéndolo, se me más atractivo (si cabe..., que ya no cabe de tanto que me lo parece.)
Vamos por parte: a mí me pone la Trini porque me encanta su sonrisa; pela los dientes siempre y eso es una carta de presentación que ya la quisiera yo. No me importa que tenga la cintura ancha y el culo tamaño del Bernabéu, porque oírla es un puro gozo. El Sr. Gómez lo conocían en Parla y, además, donde lo deben conocer (además de los fans de La Noria): las bases del partido político al que pertenece. Me da un rollo entre Ibarretxe y Zapatero, fíjese, y eso sólo puede generar en repelús. Sin embargo está buenorro (o eso dicen, que no para de levantar pesas y levantar presidentes) y viene, à la Belenchy, del pueblo. Muy bien.
El verdadero mérito del Sr. Gómez ha sido presentar cara a la DEDOCRACIA (expresión apasionadamente venezolana que lo escupe todo sobre la política) y salir rana, en el vocablo más actual (que, al parecer, salir rana significaba, en su momento, tener boa de plumas escondidas en casa, pero ahora ya no.) Y eso para mí ya lo hace el doble de atractivo que veinte Bob Paris bailando en tanga en el salón (hágase usted la idea de lo grotesco que me he vuelto desde que leo diariamente su blog, que hasta yo no me reconozco siquiera) y también me pone un montón.
Pero procuro no perder la visión, por más efluvios hormonales que la contemplación del Sr. Gómez pueda o no producir en mí: es un político, y rabudo, como se ha comprobado: ser rana forma parte de su ADN. Así que no espere nada donde no hay, pura pérdida de tiempo.
¿Qué es lo que ha hecho él y las bases de Madrid?Dar un paso adelante, y grande, en contra del poder total, y del presidente del gobierno y sus acólitos. Ahora ya hay una fisura franca (vamos, que antes la había pero se cubría con emplastos) entre alguien desgastado, ido y sin visión de gobierno (que no de presidente de un partido, cosa que hace la mar de bien) y sus propias bases, es decir, la masa votante, el pueblo, quien le da de comer (como político) y quien sufre sus erráticas decisiones. Y eso es de aplaudir. Y es una entrada de aire fresco. Aunque el que entre sea exactamente como el que tiene que salir. Por más cachas que esté y hecho a sí mismo como parece.
Me da igual, fíjese, porque a mí me sigue poniendo la Trini. Y pena me da que le hayan hecho esto, pero así se baila en la danza de la vida. Si lo sabré yo.
Sepa que lo tengo en hondo aprecio, muy hondo y profundo, que casi lo pierdo.
Publicar un comentario