
Comprendan ustedes mi soponcio y mi algarabía cuando me encuentro con este titular:
Multado por intentar golpear con su pene a una policía en la cara
En ese momento pensé "soy feliz". Que quieren que les cuente. Y es que la cosa es como sigue: Una mujer se pone como las locas porque ve a su marido lituano más ciego que Topacio y decide llamar a la policía no sea que el muy maldito le estampe una botella de cerveza en el cráneo. Entonces mandan a la casa a una mujer policia y se encuentra al marido lituano en gallumbos y, por supuesto, más pedo que Alfredo. Y entonces "el acusado se levantó, expuso su pene ante la agente (que estaba sentada) y lo empujó para golpearle con él en la cara, lo que hizo que ella tuviera que moverse para evitarlo", ha dicho la fiscal Elaine Lynch.
El muchacho de la foto es el marido lituano con pene golpeador y ha dicho al juez que no se acuerda de nada y que pide disculpas porque no es de recibo sacudir hostias mandibulares con un pollón, por muy pollón que uno sea, que eso lo saben hasta en Lituania.
¿Por qué estas cosas no pasan aquí?
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