lunes, 21 de mayo de 2018

REVISTA HOLA: EL PRÍNCIPE Y LA CORISTA



Vamos a ver, que yo ejerza hoy para ustedes (porque ustedes lo han pedido por activa y por pasiva) de comentarista de una boda real, es ya un desquicie. Porque he comprado el HOLA y superado el impacto de volver a ver a mi kiosquera en su puesto de trabajo, va la tía y me dice que si quiero que hace ella la crónica que ha visto la revista antes que yo y que una boda de Norma Duval hubiese sido más vistosa que (cito literalmente) “este coñazo con invitados reciclados del Netflix”. Les aviso también que esta semana me voy a desdoblar, como Raquel Mosquera, y van a tener ración doble de estupidez. Hoy les comento la boda del hijo bandarra de Lady Di con una que hacía de abogada tersa en una serie y el miércoles les comento el resto de la revista. Ojo, que esta semana el HOLA pesa unos 4 kilos y lo mismo se dislocan una pestaña postiza al cargarlo por la calle. Vayan por anticipado mis disculpas, que tengo yo de cronista real lo mismo que Jaime Peñafiel de embajador del mundo homosexual.






La boda de MEGHAN y HARRY tiene de real lo mismo que yo de capitana de cheerleaders. Ni una sola casa real ha mandado a sus primeras espadas para el bodorrio. Por no ir, no ha ido ni CARLOTA DE LO MÓNACO y es raro porque el Gobierno británico, con motivo de la boda, permitió que los bares cerrasen una hora más tarde y esto para Carlota es un poco el paraíso en la tierra.



A falta de reyes y princesas con cara de ajo, pues hemos llevado a todos los compañeros de MEGHAN en la serie esa de abogados. Por supuesto, no los conoce ni dios y han ido todos con sus mujeres vestidos como para atracar un Punto Roma. Porque el sentido de la elegancia americana es a la sutileza como Alberto Isla al desarrollo neuronal. Vamos, nulo.



Ha ido GEORGE CLOONEY con esa escoba con peluca su mujer, que ha ido de pies a cabeza vestida de amarillo mostaza y si la veías de lejos parecía un cono de tráfico en apuros.



Luego han llegado DAVID BECKHAM, que ha dejado de hacerse mechas (menos mal) y su mujer, la que no cantaba en las SPICE GIRLS, que para la ocasión ha lucido la misma cara de mala hostia que siempre, como si le llevaran a la fuerza a los sitios. Y con un vestido que se le han roto las mangas al ponérselo y que ha diseñado ella sola. Porque ella, cantar no canta, pero diseña mucho.



HARRY, que es un cachondo, ha invitado a la boda a sus dos ex novias. Esto a MEGHAN, que es de temperamento fogoso, le ha tenido que sentar como una patada en la epiglotis, pero Meghan, que pone todo el rato cara de caja registradora, sabe que para llegar a ser Duquesa hay que hacer sacrificios.




Por supuesto que han ido a la boda la pesada de KATE MIDDLETON, esa señora que lo único que hace en la vida es respirar, quedarse embarazada y vestirse como la versión viejoven de MariTere Campos, por ese orden. Y también ha ido su hermana PIPPA, que es la única royal en el mundo con nombre de vagina gaditana.



Como aquí no hay abolengo ni una familia real escandinava que echarse al diente, siguen llegando invitados como OPRAH WINFREY (como Ana Rosa pero en hinchada) y la tenista SERENA WILLIAMS que, o yo me equivoco, pero no han visto a los novios en su vida.



Un hermano de LADY DI que lleva toda la vida a hostias con el resto de la familia, se ha presentado con toda la parentela, su mujer y su ex mujer. Tenía pinta de estar tan integrado como yo en unas jornadas sobre “Lesbianismo y religión”.



SARAH FERGUSON, que es una señora a la que sacaron fotos hace años con una teta fuera y chupándole un dedo del pie a un señor casado, ha ido al evento con sus dos hijas, que son dos chavalas con pinta de oler a queso a dos kilómetros y han ido las dos vestidas como para provocar el terror en una guardería.



Por parte de la novia, que sepamos, solo ha ido la madre, que tiene pinta de ser una mujer más maja que las antiguas pesetas y te da como cosica verla allí, en medio de semejante tinglado. El resto de la familia de la novia no ha podido ir porque estaban ocupadísimos insultándola en directo invitados por varios canales de televisión ingleses. Para que luego digan del Sálvame.



CARLOS DE INGLATERRA, mundialmente conocido como “El orejas” ha ido con su mujer CABALLO PARKER BOWLES que ha elegido para la ocasión un modelo rosa mariquita ilusión y que sin duda ha acertado con el sombrero, que el sombrero, además de bonito, le tapaba media cara. Y eso es un alivio, te pongas como te pongas. Que menuda es Camilla a la luz del sol y maquillada para una fiesta. Piensa en Millán de “Martes y Trece” en un after y te harás una idea.



LA REINA ha ido vestida de verde pistacho, con ese bolso vacío de siempre y cara de querer que se acabe esta idiotez para irse al bingo con unas amigas. A su lado, su marido que parece un extra de THE WALKING DEAD del buen aspecto que tiene. Un chollo, vamos.



Entonces ha llegado MEGHAN, que iba guapa, sencilla y natural y con cara de “por favor, que no se suspenda esto en el último momento que estoy aterrada y encima me hace ilusión conocer a Oprah Winfrey que no sé qué coño hace en mi boda, pero es un puntazo”. Meghan, por cierto, llegó sola. Luego le recogió en la puerta “el orejas” y más tarde llegó sola al altar en plan alegato feminista. Un lío.




HARRY vio llegar a Meghan y se puso como Pocholo en un after y empezó que si “qué impresionante estás”, que “hay que ver la suerte que tengo” y que “¿Qué cojones hace Oprah Winfrey en nuestra boda?”



KATE MIDDLETON estaba como incómoda por no ser ella el centro de atención, a pesar de llevar como unas natillas derretidas a modo de sombrero y estar calculando su próximo embarazo. Al fondo la mujer de GEORGE CLOONEY con cara de “¿En serio me van a obligar a comer?”.



Al salir de la iglesia, MEGHAN y HARRY se han dado un beso igual de apasionado que el de Felipe y Letizia. Exactamente igual. Me ahogo de la risa al escribir esto.



Ya después de lo de la iglesia se han ido todos al restaurante y Meghan se ha cambiado de vestido. Pero iba igual de despeinada. Porque las cosas como son, hay días que yo me levanto de la cama más peinado para una boda que Meghan.



Y ya está. Que conste que esta pareja me cae fenomenal porque tienen pinta de que se gustan de verdad y que no para de frotarse las tiaras reales de lunes a domingo. Meghan es mucho más de todo que Kate Middleton, que cada día tiene más cara de bolsa de té y seguro que en un par de años le pillan con Harry saliendo de un after en Benalmádena y les van a salir los niños gogós y diseñadores. Ya verán.



Les espero el miércoles con el repaso al resto de la revista que no se imaginan el desfase máximo de esta semana. Les quiero más que una prima de Meghan a Meghan. Claro que eso no es tan difícil… 


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