lunes, 16 de noviembre de 2009
TERROR EN UN GARITO
No les suelo hablar mucho de mi vida privada primero, porque no soy Mar Flores y nadie me paga 6.000 euros por enseñar el sofá de mi casa y segundo porque es bastante aburrida, para qué nos vamos a engañar. Y encima estoy en un momento raro de cojones. Y lo de este sábado ha sido surrealista. La noche empezó hablando de proyectos de trabajo con mi amiga Pilar, que es una chica guapa y alta que tiene una productora y decidimos que nos teníamos que juntar para hacer cosas. Una sorpresa, ya ven. Y encima Pilar se había cortado el pelo y estaba maciza total. Y luego mi amigo/hermano Pablo Robledo (esta semana les hablaré de él) me dice que no puedo estar con esta cara de "estar oliendo mierda en la punta de un palo" y que tengo que salir de casa a tomar un red bull. Y es que a pesar de que parezca lo contrario, apenas bebo alcohol porque me pongo un poco como Kim Basinger en "Cita a ciegas" y tampoco es cuestión de pasarme la noche encendiendo un mechero al lado de un homosexual peinado con laca. Pero el terror estaba a punto de llegar. Resulta que llego al garito en cuestión y me dio una pereza total todo. Y de repente, en la lejanía veo que un chico de esos musculosos con más contorno de pecho que Lolo Ferrari se acerca directo hacia mí. Y justo cuando llega a mi altuta, se pone como bizco, se le tuerce el gesto y allí mismo se produce un duelo de titanes. Y ahora viene la sorpresa. El muchacho era RAFA MARTIN. Como lo oyen. Ese gran humorista y yo a punto de rozarnos. Y claro, yo le sonreí un poco rollo azafata del telecupón, y estaba encantado de saludarle porque me gustan mucho los humoristas. Y encima, gracias a Rafa y sus consehos nutricionales mi vida es una maravilla, que quieren que les cuente. Pero Rafa decidió no saludarme. Y claro, me puse tristísimo porque me quedé como una niñata que se queda encerrada en un ascensor con los Jonas Brothers y ellos, en vez de saludarla, deciden ponerse a hacerse los rizos con tenacillas.
Y ya lo incomprensible de todo es que cada vez que el muchacho me veía, salía como alma que lleva al diablo. Y no lo entiendo. Con todo lo que yo le he apoyado en este blog. Y encima, ya en el colmo de la crueldad, estaba con un amigo con las mejores cejas depiladas de la historia de las cejas depiladas que me miraba fatal. Las cejas de ese chico hacían que Sara Montiel pareciera la cantante Rosana. Iba a decir un camionero, pero en el fondo es lo mismo.
Total, que ya ven, para una vez que me hago fan de un filósofo humorista y resulta que me quedo chafado. estoy pensando en recular y volver a hacerme fan de la cantante internacional Sonia Monroy, que esta decepción me está matando. Y encima me he quedado sin saber que hacer cuando el yogur se me derrama por la barbilla mientras me como la avena. Qué plan.
(La foto que les pongo no tiene nada que ver pero para mí representa perfectamente el concepto "terror en un club")
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4 comentarios:
¿Estás seguro que te ha reconocido?
Bonito el chico, pero inseguro...
me acabo de leer los post de los lectores del 29 de julio 09 y casi me cago de la risa.
han pasado casi 3 meses y medio y veo q El no ha cambiado nada...
por cierto Arana...en que garito sus encontrasteis? en el odarko o en el toys´re us???
besos oscuros, cuerpo!
Eso te pasa por ir a esos sitios!!!! (Es broma!)
Por cierto... la verificación de palabra que me ha tocado ha sido DEALER....
De verdad que me acojona esto del Internet!!!!
Hola Abel, soy un lector tuyo desde hace bastante tiempo (un año como mínimo yo creo) y el sábado te vi en la discoteca. Te iba a decir algo pero iba un poco chispado y no era plan, iba a parecer el pesado de turno. Pero bueno otra vez será.
Yo también vi al gran Rafa Martín, lo bueno del momento es que con la música no se le escuchaba hablar, jejej
un beso
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