REVISTA HOLA: QUE BIEN...HOY COMEMOS CON ISABEL

Si yo fuera una redactora de la revista OK hoy, estaría pensando seriamente en pegarme dos tiros en las piernas o uno en la frente. Porque la portada de HOLA de esta semana deja bien claro quién manda en esto del surrealismo ilustrado. Los gritos de la redacción de OK han sido tantos y tan intensos que las vecinas han llamado al samur pensado que algún comando terrorista había entrado y las estaba violando o que, peor, habías descubierto unas fotos de archivo donde se veía en pelota picada a Krusty de Alba jugando al ping pong. Pero no, este disgusto, una vez más, lo ha provocado Isabel Pantoja, nuestra Alexis Carrington Colby nacional. Agárrense los machos que esto es muy fuerte.

Isabel sólo habla con el HOLA y con Che.Lo, ese periodista intrépido que poco a poco se está convirtiendo en un monstruo que se va a merendar a Mariñas & Co. de un bocado. Les comento que Isabel está cabreada como una mona porque resulta que (ahora) se ha dado cuenta de que Julián no va de buen rollo. E Isabel se pone filósofa cuando dice que en la vida “todo tiene un comienzo y un final, incluso la vida misma”. Vamos, la nueva Tonadillera Ilustrada en todo su esplendor. Lo que me toca un poco los huevos, porque a mí las folclóricas me gustan histéricas, excesivas y desbordadas, como Lola Flores en la boda de Lolita. Y cualquiera que lea la entrevista de Isabel va a pensar que ha dejado la bata de cola aparcada y que le vuelven loca los libros de Punset. Y eso no. Porque que Che.Lo le pregunte si “le duele el alma” es una idiotez como una catedral. España quiere saber cómo es Julián en la cama, si lleva bóxer o slip, si la tiene como un brazo de gitano y si le pegaba seis sin sacarla, porque teniendo en cuenta de que Julián nunca va a ganar un concurso de dobles de Brad Pitt, pues algo tendría que tener el hombre. Y otra cosa que es un espanto es este rollo de víctima. Las folclóricas nunca son víctimas. Las folclóricas destrozan vidas y pegan taconazos, que esa es la esencia de ser folclórica, y punto. Y esta entrevista es un rollo como un piano, porque a nadie le interesa escuchar esta versión tan light de una trama de desamores, corrupciones, estafas urbanísticas y peinetas atómicas.
Nos falta violencia y un titular chungo de verdad tipo: “Julián es un chungo y encima la tiene pequeña” o “Mayte Zaldivar, te voy a arrastrar de la peluca por todo Benalmádena Playa, so penca”. La Jurado anunció su cáncer en rueda de prensa y aquello fue una maravilla. Esos periodistas sorbiendo el moco y ella enterísima y maquillada como el Pato Nikol. Y esto es lo que me falla de Isabel. No necesitamos una flamenca zen. El feng shui es una cosa para gente con pasta que se odia a sí misma. Isabel es mucho más graciosa cuando se hace fotos en su salón con el cuadro de su marido torero muerto y rodeada de cabezas de toro y una decoración que es la pesadilla de cualquier homosexual que compra en Ikea. Esa es la Isabel que mola. Y que quieren que les diga, señores, me la suda que Isabel no le guarde rencor, que le haya amado mucho y que haya sufrido las penas del purgatorio en silencio. Me la suda. Yo lo que quiero es a una Isabel despeinada, atacada de los nervios, encadena a la puerta de una cárcel con un cartel que diga “Julián cabrón” o “Vendo Oro”, que tampoco es cuestión de desaprovechar una oportunidad de hace publicidad. Yo quiero que Isabel, víctima del desamor, se agarre un pedo como un piano (Naty…llámale) y salga a la calle hecha una sífilis hostiando a los reporteros con un bolso bueno, gritando como las locas, llorando a mares con unas gafas de sol enormes y con abrigo de piel en pleno agosto. La quiero ver corriendo por un aeropuerto, disfrazada con un burka y empujando un carro lleno de maletas Roncato mientras cien cámaras retransmiten en directo este drama nacional.
Porque esto, y no lo del paro (según el HOLA)…esto es un drama nacional.
Bendita sea Dios, que como todo el mundo sabe, es Marta Sánchez.