Hoy he conseguido que mi kiosquera se quede callada. Y es que le he dicho que hoy no voy a comentar la revista. No sé si todo esto que está pasando me está haciendo más empático con el dolor ajeno, más sensible... no lo sé.
Nada más ver la portada de la revista he pensado que sería un acto de cinismo muy grande por mi parte escribir la crónica de hoy. Yo me debo a ustedes, pero el trato que tenemos es que siempre soy sincero. Y hoy no puedo. Se me parte un poco el corazón al ver a Ana Obregón contar lo que tiene que contar. Es una portada que me enfada y me entristece a partes iguales. Lo mismo Ana Obregón es tan sólo la cara visible de todas esas miles de familias que han perdido a alguien en este 2020, que puede ser.
Por eso hoy espero que me disculpen, que no todos los días son buenos y portadas como esta son un bofetón de realidad. Si es usted alguien que en esta pandemia ha perdido un ser querido, estas líneas son para usted con todo mi cariño y sobre todo, con todos mis respetos.
Hoy es uno de esos raros días en que me resulta imposible hacerles reír.
Gracias por leer y nunca olviden que siempre sale el sol.
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