miércoles, 27 de mayo de 2020

REVISTA HOLA: ASÍ NO


La revista HOLA es una maravilla porque, básicamente, habla de gente irreal que vive en casas irreales y viste ropa ideal. Los protagonistas de HOLA están delgados y tienen buena piel porque beben mucha agua, comen mucha fruta y hacen yoga. Porque en el mundo de HOLA nadie se opera, nadie se pone botox, nadie va a la cárcel y se da brillo y esplendor a lo que haga falta. Y yo lo compro y se lo cuento a ustedes todas las semanas.

Todas las semanas menos esta.

Yo me debo a ustedes, mis queridos lectores, y a nadie más. Este blog es mi columna, mi opinión y la descacharrante (a veces) visión que tengo de las cosas. Yo escribo aquí, la mayoría de las veces, para que ustedes se diviertan y pasen un rato entretenido. No sé si lo consigo o no, pero yo intento entretenerles. Pero esta semana, viendo la portada, sinceramente no puedo.

Odio las portadas "en la prensa seria" con cadáveres o ataudes. Las detesto. Y la portada de HOLA de hoy se me atraganta. Esta vez me parece que se han tirado al mundo de la "pornografía sentimental" a lo bestia. El dolor de una madre que ha perdido a un hijo víctima del cáncer (o de lo que sea), es, según los entendidos en la materia, el peor de los dolores. El que nunca se cura. Y retratar de esta manera a Ana Obregón, en ese sitio y en ese momento, a mí me parece indecente y sobre todo, impropio de una publicación que se supone el último bastión del buen gusto, las buenas maneras y la elegancia.

Esta semana, por primera vez en muchísimos años, no les compro la revista. Ya sé que no sirve de nada, pero yo no quiero ser partícipe de esta invasión de la intimidad. El momento es terrible, sin más. No me hace falta ver a Ana Obregón desecha en esas fotos para saber que está desecha. No tengo ningún interés en acceder a esa parte de su intimidad en ese momento que tiene que estar siendo un infierno. Y lo mismo para el padre del chaval. De verdad no me hace falta ni me parece información.

No puedo abrir la revista y hacer humor después de haber visto esta portada. No me sale. No me apetece. Ya sé que tengo siempre una cita aquí con ustedes y que, por ustedes, me río de lo que haga falta porque su risa es mi gasolina. Esto siempre ha sido un toma y daca. Yo me desahogo con este estúpido sentido del humor que tengo y ustedes (si tengo suerte) se despiporran. Pero hoy no porque hay límites que no me da la gana cruzar, porque siempre me pondré del lado del débil y Ana Obregón y Alessandro Lequio me parecen ahora los protagonistas de una pesadilla. Y no quiero ni clicks, ni me gustas ni nada a costa de esto.

Por eso, les agradezco especialmente esta semana que me hayan y leído y por una sola vez, les pido que no compartan este texto en sus redes. No quiero likes a costa del dolor.

Espero volver la semana que viene y espero que volvamos a reírnos juntos.

Muchas gracias, como siempre, por dedicarme un ratito.

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