lunes, 29 de abril de 2019

SE ACAVOX: EL DRAMA DE SANTI


Hoy es un día de celebración. Hay muchos motivos, el primero de todo la altísima participación de las elecciones de ayer, porque cuanta más gente vota, más fiel es la radiografía política de un país. Ustedes ya conocen los resultados, así que poco hay que hablar. Excepto del estrepitoso fracaso de Vox. Porque su pesadilla se ha hecho realidad. ¿Y cuál era esa pesadilla? Que los españoles les han contestado. En masa.

24 diputados que no sirven absolutamente para nada. No son ni horquilla ni bisagra. Ellos pronosticaban 60 escaños. Las encuestas les daban 40. El hostión ha sido espectacular. Lo curioso de todo esto es que su discurso de odio ha terminado disparando contra quienes menos ellos esperaban. Por un lado, han conseguido movilizar a toda la izquierda española a votar, ante el terror de que parte de su discurso llegara a las instituciones. Y esto es una pésima noticia para ellos. Mientras no estaban representados, podían decir una barbaridad detrás de otra. Ahora están dentro del sistema y van a tener que tener un cuidado pasmoso para que las leyes no les caigan encima como un martillo. 

Y por otro, y tan como han confirmado en el PP "VOX nos ha roto". Pablo Casado tenía terror a que la irrupción del partido de Abascal fraccionara el voto y con la ley de partidos, les dejara muy mal parados. Gracias a VOX, España es hoy un país progresista de centro izquierda. Porque el hundimiento del PP (de nuevo, gracias a VOX) ha conseguido que Pablo Casado parezca un político tan, tan, tan fracasado que España entera mire a Albert Rivera como el líder de la oposición. 

Ni siquiera las encuestas "más rojas" anunciaban este escenario de pesadilla para la ultraderecha española. No vengo a contar nada nuevo diciendo que los extremos siempre son malos. Pero es que el discurso de odio de VOX era harina de otro costal. Prometían a sus votantes hasta cerrar La Sexta si ganaban. Y claro, han terminado (con razón) asustando a la gente. Ellos querían regresar al pasado y un país entero les ha estampado el futuro en la cara. 

Santiago Abascal ha terminado siendo el chiste más triste de la democracia. No ha servido para nada. No han tenido el apoyo de la gente. Los españoles han sido los que les han dicho un NO muy claro. 24 escaños que no sirven absolutamente para nada. No van a poder influir en ninguna decisión. Nadie, desde hoy, les va a querer cerca. "Mira lo que ha pasado por estar con ellos en Andalucía" me contaba ayer una amiga votante del PP. Y es que el odio, el enfrentamiento y el horror vacui no llevan a nada bueno. Resumiendo: SE ACAVOX

No hay comentarios: