miércoles, 3 de abril de 2019

DESCANSE EN PAZ


Ustedes no le conocían, pero era una mujer excepcional. Cuando yo me compré el piso, fue la primera persona que conocí en la escalera. Se llamaba Otilia, llevaba toda su vida viviendo en este edificio y era la presidenta de la comunidad. Me acogió con los brazos abiertos. Me hizo sentir que un par de pisos más arriba tenía una familia. Otilia era una mujer cultísima, amante del buen cine (devoraba películas), y nos encontrábamos siempre en el ascensor cuando iba a Misa o a nadar, porque los años no eran impedimento para que ella siguiese haciendo ejercicio.
Hoy ha fallecido y yo le escribo este texto como homenaje, porque Otilia ha sido muy importante en mi desembarco en Madrid, una ciudad que no es la mía y que ella la hizo mucho más acogedora. Le voy a echar muchísimo de menos. A ella y a sus inmensos ojos azules llenos de alegría. Esta casa y esta ciudad están un poco más vacías hoy para mí.
Descanse en paz.

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