jueves, 14 de febrero de 2019

LOS JANEIRO: CAPÍTULO 6.283


Si hay una saga que me provoca una curiosidad malsana en esto de la prensa del hígado es la de LOS JANEIRO. Que yo no sé como todavía no les han hecho un biopic como aquel que le hicieron a Isabel Pantoja que se llamaba MI GITANA y que es ya parte del patrimonio cultural audiovisual español. Era tan mala que terminaba siendo buena. Como Showgirls, pero con lunares y más lesbianismo encarpetado. Que no me vas tú a comparar una lesbiana de Las Vegas con esos blanqueamientos dentales perfectos con un romance con una lesbiana cañí, arrebatada viva las 24 horas y dejándose amar por una magnate despiadada de los medios. No hay color.

Total, que llego a casa y me entero por Internet que una que se llama RAQUEL BOLLO ha salido en la tele diciendo que JESULÍN (el único patriarca mundial con un solo testículo en activo) va a contar que se separa de esa mujer que parece una modelo de Punto Roma en apuros y que para escapar de las garras de LOS JANEIRO (esto pasaba en otro capítulo) se fue a Portugal a estudiar para ser dentista. Cabe destacar que la dentista y su madre fueron condenadas por no sé qué movidas de una pensión de invalidez, lo que aporta al culebrón la dosis necesaria de drama social. Que lo que te levanta el drama una paraliticada no te lo levanta nadie, aunque en realidad la mujer corra como si hubiera robado un banco.

Pero, ojocuidao, que Raquel Bollo, que es un poco la Martha Stewart de universo "Sálvame" en cuestiones de credibilidad, va y dice que lo del divorcio es una mentira porque Jesulín, que además de torero y empresario (una vez le puso una tienda de carteras a Belén Esteban) ha sido cantante de éxito y un one hit wonder que ríase usted de Ylenia, necesita publicidad en su vuelta a los ruedos después de haberse cortado la coleta 173 veces en anteriores capítulos.

De momento no se han pronunciado ni la madre del torero, que es versión "y olé" de Fiona la de Shrek, ni el padre (ese rompecorazones con la cadera distraída), ni el hermano wannabe ni la mujer de melena furiosa del hermano wannabe que, por lo visto, tiene una tienda de uñas. Sí, de uñas.

Permanezcan atentos a los próximos capítulos porque nunca una familia ha dado tanto y peor.

Este post va dedicado con todo mi cariño a Diana Aller, una mujer de esas que me inspira porque ella para mí es una hemorragia de cultura pop.

Pues eso.

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