Hace muchos años, cuando existían celebrities de las de verdad, quiero decir, las que tenían un oficio y por eso salían en los papeles, trataban de aumentar su fama manteniendo el mayor misterio posible. Ser enigmático, tener leyendas, ser de difícil acceso... todo eso multiplicaba la fama de manera exponencial. Pero las cosas han cambiado.
Les cuento esto porque todos los digitales hoy comentan el hecho de que una tal SOFÍA SUESCUN, de profesión marrullera de realities y ganadora, y un tal ALEJANDRO ALBALÁ, de profesión sus novias, han roto. Que estas dos personas sean famosas y que facturen en un día lo que ustedes en varios meses no lo vamos a explicar porque nos romperíamos la cabeza y seguiríamos sin entenderlo. El caso es que LA NOTICIA es que ella le ha dejado a él...POR INSTAGRAM.
Ni una llamada. Ni un burofax. Ni un triste whatsapp. Ahora el desamor se comparte de golpe y porrazo con el interesado y el resto del mundo. Así, por las buenas. Ni una conversación para despedirse en condiciones ni tirarse una vajilla a la cabeza. Esto es el nuevo mundo y las cosas, por lo visto, se hacen así. Y ella, contándolo agarrada a un perro diciendo que el perro nunca miente. Lo que no sabemos es si el perro quería salir en la foto...
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