De la misma manera que hay reyes y Reyes. También hay reinas y Reinas. Espero que han pillado ustedes el lío que me traigo con las mayúsculas y minúsculas. Y es que, aunque un servidor no sea demasiado fan de la monarquía, que me parece una institución muy respetable pero de concepto antiguo, la verdad es que siempre he admirado la profesionalidad de la Reina Isabel de Inglaterra. Ustedes me dirán lo que quieran, pero la señora es una profesional como la copa de un pino. Y es la protagonista de la imagen del día.
Anoche mismo, dio el sorpresón de su vida a la prensa que se encontraba en la gala inaugural de la LFW (London Fashion Week) cuando apareció y se sentó a ver un desfile junto a Anna Wintour, la editora del Vogue Americano (en ella se inspira el presonaje de Meryl Streep en "El diablo viste de Prada"). En realidad, la Reina fue a entregar el galardón que lleva su nombre al mejor Diseñador Brtitánico a Richard Quinn, un ex alumno de la prestigiosa escuela St. Martin. Total, que le dio el premio y se sentó a ver el desfile. No se puede ser más estupenda, oigan.
A London Fashion Week front row with a difference today #lfw pic.twitter.com/coq7Xl1IPj
— Simon Perry (@SPerryPeoplemag) 20 de febrero de 2018
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