Les confieso que MARÍA JESÚS RUIZ, ex Miss España, es un personaje que a veces me entretenía porque es una versión low cost (muy low cost) de María José Cantudo. Me refiero a su forma de hablar. Siempre me ha parecido una parodia de Martes y 13 y he de confesar que he reído a carcajadas cada vez que ella intenta hablar de manera culta para defender su honra. María Jesús es una sitcom en sí misma. Hasta ayer, porque ya no tiene ni puta gracia.
Desde hoy, María Jesús Ruiz es una mujer que ha fingido ser maltratada delante de una cámara de televisión. Ya saben ustedes que en este blog, con el asunto de la violencia de género, tolerancia cero. Recuerden que el 016 es el teléfono al que pueden llamar y que no deja rastro en la factura, pero sí en el registro de llamadas (bórrenlo después de llamar por su propia seguridad). Ayer volvió a cobrar dinero para admitir, en vivo y en directo, que se inventó los malos tratos para vengarse de su ex, con el que ha vuelto. De nuevo, esto lo ha contado cobrando. Por eso ha dejado de tener gracia. Ahora da un poco de asco y bastante miedo. Porque, y esto es mi opinión, lo que ella ha ejercido sobre su ex pareja con esas acusaciones, son también un acto de violencia. Un acto repugnante. Tan solo espero que un fiscal haya visto el programa y actúe de oficio. Porque, de nuevo, lo de ella es asqueroso. Mucho.
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