viernes, 15 de diciembre de 2017

¿EL FINAL DE UNA ERA?


Anoche se emitió la final de GRAN HERMANO REVOLUTION, una edición que pasará a la historia por un montón de razones que ahora no vienen a cuento. Tengo que confesar que este año no he podido ver la edición y también tengo que confesarles que me he quedado (como espectador) un pelín triste.

Que ha sido una edición que no se ha comprendido es bien cierto. Pero hay cosas que no comparto. El machaque al presentador, por ejemplo. Pocas personas conozco tan esforzadas en su trabajo como JJV. Y llenar un vacío como el de la anterior presentadora da mucho vértigo. Un vértigo del que él no es culpable. Yo le he visto (lo poco que le he visto) como siempre: absolutamente entregado al formato que presenta. Poco más que añadir. Me quedé tristón porque tuve la sensación de haberme despedido del formato (probablemente) que cambió la historia y la narrativa de la televisión para siempre. Más allá de los errores o aciertos de esta edición, hay siempre que pensar en el alucinante trabajo de ese equipo después de tantas ediciones. Con eso me quedo. Con todos esos personajazos, esos increíbles momentos televisivos que han calado en la gente desde la primera edición. Ayer ví una gala muy humilde en su planteamiento y ejecución y sentí nostalgia de aquellos pedazos de montajes que se hacian para anunciar el nombre del ganador. Juzgar GH por esta edición es un verdadero error. GH ha sido el mayor espectáculo televisivo durante muchos años en muchas partes del mundo. Y no se nos debe olvidar. Nunca. Porque la tele de hoy, con lo malo y con lo bueno, le debe muchísimo a GH. Si es una despedida para siempre, no es una buena noticia, créanme. Yo espero que no lo sea. Dejemos al león reponer fuerzas para que cuando despierte, vuelva a ser el rey de la selva.

¡Ah! y gracias. Gracias por tanto.

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