Lo de anoche fue de traca. Expulsada de plató y haciendo una peineta. LETICIA SABATER se ha terminado convirtiendo en la versión Ali Express de Aída Nízar. Quiere ser mala, quiere broncas, quiere insultar, quiere que no crezca la hierba cuando pase ella. Y lo hace como el culo de mal.
No se puede entrar en un plató disparando insultos como un mono con una metralleta. Y lo más lamentable del asunto es que quizá, esta pobre mujer, piensa que reventar un plató le va a garantizar una plaza. Y no. ¿Dónde está Aída Nízar televisivamente hablando? Pues en su casa. Nunca hay que confundirse, al público le encanta un salseo, un cotilleo, una bronca moderada, pero en cuanto un atisbo de maldad traspasa la pantalla, la gente sale por patas. Y es lamentable que en todos estos años delante de las cámaras con mucho mérito (en serio, con tan poco talento es muy notable sguir en la tele después de tanto tiempo) no se haya enterado de que hay limites que no se pueden traspasar. Se ha convertido en un circo triste, en un accidente de tren a punto de ocurrir. Ha pasado de ser la reina del mamarracheo patrio con esas canciones y esos modelos de los chinos a ser molesta e incómoda de ver. Si lo de Aída no ha funcionado, imagínate lo suyo. Bueno en realidad no te lo tienes que imaginar...has terminado siendo expulsada.
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