viernes, 4 de diciembre de 2015

JAMÁS de MÓNICA NARANJO (LA CRÍTICA)




Esto va por ustedes que tanto me lo han pedido en las redes. Por respeto al trabajo de MÓNICA NARANJO (y de cualquier otro artista) no se ha publicado en este blog ningún enlace ni ningún clip de JAMÁS, su nuevo single hasta este momento, que es cuando está planeada su salida. Me parece de una indecencia moral  pasmosa reventar el trabajo de meses, años de un artista y su equipo y negarles las posibilidad de lanzar su obra como y cuando quieran.

Pero vayamos al grano. Efectivamente, yo he escuchado JAMÁS hace días y ustedes quieren saber lo que me ha parecido. Para empezar les digo que ha sido escucharla tres veces (no necesito más para escribir esta crítica) y no dejar de pensar en JESUCRISTO SUPERSTAR, quizá la más emblemática de todas las Rock Operas de los 80. Y es que para los fans de MÓNICA NARANJO hay buenas y malas noticias. Van a seguir leyendo… ¿verdad?


LAS MALAS NOTICIAS
JAMÁS recuerda en sus primera parte demasiado a EUROPA, con la que comparte el planteamiento operístico. Pero hay cambios. Todo lo que era germánico en EUROPA es italiano en JAMÁS. Pasados esos compases la cosa va por otros derroteros. Están ustedes escuchando la canción más anárquica de toda la carrera de Mónica Naranjo. De la lírica a la canzone napolitana en un pestañeo pasando por el rock sinfónico. ¿Y la producción? Pues de manual. No esperen sorpresas porque no hay novedad a pesar de que sea de una corrección pasmosa pero no está a la altura de la enloquecida interpretación de la cantante. Aunque sí sigue la tónica de EUROPA (7 años después ¿sonamos igual?) y ese querer “ser más grande que la vida misma” en cuestión de orquestación. Y sorprendentemente, MÓNICA NARANJO brilla más en los silencios que en las estridencias. A veces la potencia de su grito (muy poco grito aquí, comparado con lo de antes) tapa la calidad de su interpretación, que es mucha. Esto es todo lo malo de JAMÁS, que no todo lo arriegado que deberia haber sido. Porque si se nos va la pinza, que se nos vaya del todo, que estamos hablando de Mónica Naranjo, no de Merche.

LAS BUENAS NOTICIAS
Ella sabe, ella quiere y ella puede. Eso es JAMÁS. Lo que sus fans esperan de ella con una pequeña vuelta de tuerca. Volvemos al drama desaforado, volvemos a sufrir a berrido limpio con el corazón sangrando en la mano porque ella no sabe sufrir de otra manera y además no le da la gana. Lo que antes era decadencia, ahora es el fracaso y la desolación de una madre enfrentada a la pesadilla de su vida. Y ella surfea esa ola de malditismo con la que es probablemente la mejor interpretación de su carrera. No hay fisuras. Los últimos 60 segundos de JAMÁS es lo que mejor ha cantado Mónica Naranjo en toda su vida, se ponga como se pongan sus fans. Ni fantasía en el pelo ni hostias, aquí hemos venido a sufrir. Quizá porque ha decidido olvidarse un poco de Mina y acercarse más a Rocío Jurado (en la época de Manuel Alejandro) o incluso a Mecano (Hijo de la luna) a pesar de lo italiano del concepto.
Hay que reconocer que hacen falta cojones para salir con un single de 5 MINUTOS Y MEDIO  en una época en la que Taylor Swift te lo da todo en 2:38. Ella sigue empeñada en ser distinta, en ser la rara de la clase y su público la adora por eso. Porque JAMÁS es un edificio sonoro que sube y sube en una espiral de vértigo donde se anuncia que la caída va a ser dura, pero espectacular. MÓNICA NARANJO cuenta una historia, interpreta una canción, da vida a un personaje y eso hace que su propuesta sea, musicalmente hablando, algo admirable. Vocalmente, la fiera no ruge como antes, probablemente porque ha descubierto que la mejor manera de sentar cátedra es agazapándose en la sombra de la desgracia y solo salir a escena para morir. Como muere una diva. Esto es todo lo bueno de JAMÁS.

Sus fans pueden estar tranquilos. Todo lo que querían está aquí. Van a llorar y van a sufrir con ella. Van a hacer el playback como si les fuera la vida en ello. Van a escucharla una y otra vez. Y nunca dejarán de luchar, no se rendirán JAMÁS. Porque no podía ser de otra manera.

POSDATA: Aquí no hay "la puta realidaT" pero sí tenemos "la mitaT" y "la dignidaT". 

2 comentarios:

Unknown dijo...

Gran critica Abel pero creo que Mónica no se quiere acercar a nadie, somo ser ella misma.
Me encanta Jamás y sí, he llorado

Anónimo dijo...

No te equivocas, yo la estuve escuchando en modo bucle durante 40 minutos, destilando los matices y emocionandome cada vez más