Estimados clientes:
Cuando llevo el uniforme, la chapa identificativa y voy aseada y maquillada, como me recomienda mi supervisor, me veo obligada a mostrar la mejor de mis sonrisas y aplicar la filosofía de ‘el cliente siempre lleva la razón’. Es mi trabajo y si quiero llegar a final de mes no me queda otra que tragar, y no se piensen que no trago. Tras más de dos años detrás de una caja, he comprobado que la compra semanal, mensual o diaria siempre se ve distinta desde el otro lado de la barrera, donde ves y compruebas lo maleducados y salvajes que podemos llegar a ser los seres humanos.
Cuando llevo el uniforme y la chapa identificativa no puedo expresar lo que verdaderamente pienso de todo tipo de comportamientos que observo y sufro a diario. Sin ir más lejos, el cierre del establecimiento nunca se respeta. Siempre hay un caprichoso cliente al que se le antoja llenar el carro en el último minuto del día. Doce horas, de lunes a sábado y parece que no han tenido tiempo para realizar la compra en otro momento más oportuno que el último segundo. No es nada personal, pero a mí y a mis compañeros, como a ustedes, nos gusta llegar lo antes posible a casa. Y por si no lo saben, cerrar un supermercado no es simplemente echar el cierre y decir hasta mañana.
Pese a lo molesto del asunto, aún hay algo que nos cabrea mucho más a los profesionales de la facturación y cobro de productos de alimentación y consumo -sí, nosotros también tenemos un nombre técnico más glamuroso que 'cajero’-. No pueden hacerse a una idea las ganas que me dan de 'mandarles a la mierda’, literalmente y quedándome muy a gusto, cuando se les ocurre llenar el carro o la cesta sin ni siquiera saber cuánto dinero llevan en la cartera. Paso producto a producto, embolso demostrando mi buena disposición para agradar al cliente y al finalizar la compra escupen ese “uy, perdona guapa, pero no tengo dinero suficiente”. Aunque no me resulta sencillo, trago saliva antes de expulsar cualquier esputo y trato de tranquilizarme. Ahí comienza un juego absurdo de 'producto aquí, producto allá’ que nos saca de quicio. ¿Por qué? Pues porque perder el tiempo no es una de mis grandes pasiones, disculpen las molestias.
Pero parece que el papel de cliente les da un concepto de superioridad con el que no hacen más que putear al prójimo, en este caso a los cajeros. Como ya deben saber, para sacar un carro es necesario tener al menos una moneda de un euro o cincuenta céntimos. Sí, si no tienen pueden pedirnos que les cambiemos un billete de cinco euros por unas monedas, el problema es que confunden el verbo pedir con exigir. Si no tengo cambio, le repito por activa y por pasiva que ¡NO TENGO CAMBIO! Si usted es sordo, yo tozuda. Por eso, se lo repetiré una y otra vez, por mucho que se aleje de la caja acordándose de todos mis familiares, vivos o difuntos. Somos cajeros, no magos.
Nuestro calvario diario no se restringe tan solo a las cajas. La experiencia me ha demostrado que los clientes son maleducados y egoístas en cada uno de los rincones de nuestro supermercado. No quiero hacerme una idea de lo que soportan las dependientas de los centros comerciales en rebajas, afortunadamente nosotros no tenemos que aguantar que revuelvan cada uno de los lineales de nuestros productos. Lo que sí sufrimos es que se antojen de un paquete que al parecer es exclusivo, pese a ser exactamente igual que el resto, porque han trepado hasta llegar a él como si lo fuese. Eso sí, para arrepentirse antes de pasar por caja no les importa abandonarlo en cualquier rincón. No importa, que lo recojan estas chicas que para eso les pagan. Me encantaría ir a sus trabajos y hacer lo propio con el ordenador, el bolígrafo, los folios o la impresora, ¿verdad?
Tampoco les vendría nada mal recordar que el almacén de un supermercado no es un pozo sin fondo. Por supuesto que tenemos un stock guardado en tienda, pero hay productos que aun así llegan a agotarse. Por eso, cuando les decimos que no tenemos es porque NO TENEMOS, ESTÁ AGOTADO.
Pese a que no acostumbro a sincerarme de esta manera, mis padres padecen a diario esta cantinela. Son en realidad los que sufren buena parte de los cabreos, sobre todo cuandoescucho entre pitido y pitido el tan recurrente “haber estudiado”. Yo también llego a pensarlo, no se crean, aunque tan solo en los cortos instantes en los que se me olvida que soy Licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas, carrera que tan solo he llegado a ejercer de becaria y cobrando cantidades irrisorias, y en el mejor de los casos.
En realidad pienso que no se trata de estudios, simplemente es una cuestión de civismo.
Atentamente
La cajera
13 comentarios:
Llevas muchisima razon.
Totalmente a favor, te lo dice uno que ha estado detrás de una caja durante unos años y tiene toda la razón del mundo, aunque se le ha olvidado decir la que viene y te paga con centimos y monedas de cinco cuando tienes una cola de 3 o 4 personas detrás y tienes que contarlo
Que gran verdad.... los que estamos cara al público tenemos que aguantar muchísimas faltas de educación.
Un saludo Abel Arana.��
hay de todo, ese trabajo conlleva eso, como el de poner copas por la noche o regentar un bar, podemos hablar de el porque, buscamos los productos de la parte de atras?? porque son los mas recientes ya que les obligan a poner lo mas próximo a caducar delante, que no tienes cambio?? es obligación del establecimiento disponer de cambio para el cobro, que no tienes? te dejo el carro lleno y mas faena para devolver los productos a las estanterías, ¿ cuando llega una cajera nueva al super y se lian unas colas que "pa que" ? pues nos aguantamos, creo que esta es una amargada que solo piensa en lo que a estudiado para luego tener que trabajar en un super ( trabajo muy digno por cierto) , trabajar cara al publico tiene esas cosas como trabajar en un sitio donde tu encargado es un HJDP también las tiene, en fin un rebote de una estirada...
Ciertamente en general somos muy mal educados, pero tambien he visto lo contario, cajeras que estan hablando con una colega y tu esperando para ver si pasan la compra por el codigo de lectura. En fin la cara al público siempre es duro. Gracias
El problema de esto es que no es algo sectorizado, me explico, creo que esto es algo mas de la persona que del trabajo que desempeña porque y no digo que la persona que ha escrito la carta lo haga, hay gente a la que le ocurre esto al trabajar cara al publico pero cuando sale de trabajar y le toca ser el cliente comete el mismo error, lo digo por experiencia, he sido cajera, reponedora, etc etc pero sobre todo trabajo en hostelería y muchas veces me pregunto como siendo muchos de mis clientes precisamente personas que trabajan.de cara al publico, cometen esos mismos errores de los que ellos mismos se quejan,.esto es la pescadilla que se.come la cola, mas de una vez he escuchado pues que te joda para cuando yo tengo que aguantarlos tambien, malas maneras, mala educacion y nadie se acuerda que no solo ellos tienen derecho a querer llegar a sus casas, a todos nos gusta.eso, solo acuerdensen cuando estes de descanso y tengan a vuestro camarero con el establecimiento vacio esperando que los.señores decidan irse porque mi hora de cierre es cuando no hay clientes.mientras debo estar abierto sea la hora que sea y tampoco lo veo bien. En resumen no creo que se trate de en que se trabaje porque cada uno aguanta en cada sector solo hay que acordarse lo mal q nos sentimos y empatizar con el projimo no haciendo lo que no te gustaria que te hicieran a ti, creo que es para mi el asunto, ni cajeras, ni barrenderos ni medicos que pasan 24 horas despiertos para atendernos, ni personas que nos sirven, todos merecemos un respeto.
Llevo mas de 25años en esto y los clientes sigien pensando lo mismo,yo vengo cuando.quiero y tengo la razon porque pago,habia que cambiar muchas cosas y la forma de pensar.de.toda esa gente que ppr ser cliente tiene todos los derechos del mundo.Tenemos que hacer de tripas corazon porque es el pan de los nuestros.
Yo prefería eso al que me vino una mñn, recién abierta la caja, con cuatro paquetes de chicles y un billete de 500 😒
Se lo cambiaron en Caja Central y ya se olvidó de los chicles, yo no.
La verdad es que tiene mucha razón , pero algunos empleados de supermercado son poco amables o poco agradables y lo digo por mi exoperiencia como cliente de MERCADONA ,
me pilla al lado de casa , voy todos los días nunca cuando van a cerrar, hago la compra sobre las 10 de la mañana, y no voy a generalizar poque algunos empleados son agradables pero la mayoria no , y llevo compramdo allí al menos 10 años.
Un poco estirada sí que es esta señora, porque clientes hay de todos los tipos y no sólo debería fijarse en los maleducados. Es la mejor forma de amargarse. Algunos cajeros/as me han tratado con desprecio, con incompetencia, con antipatía. Y otros me han tratado estupendamente. Y de verdad, son más los segundos. ¿Qué proporción de imbéciles tienes en tu clientela? Puede que la mayoría no lo sean. Fíjate en las buenas experiencias, y si quieres cambiar algo, actúa, no te limites a publicar una pataleta.
Los hay que si, pero no creo que tod@s sean iguales. Yo una vez pase la tarjeta xq creia tenia dinero y me habian cargado un recibo con el que no contaba y me falto un euro. Y en mi caso, he colocado cosas o llevado cosas a charcuteria y nevera y no trabajo en un supermercado porque escuche a la profesional de facturacion y cobro de productos de alimentacion y consumo decirle a la de la charcuteria que fuera a buscar lo que se habian dejado y yo le dije q yo se lo llevaba y le coloque en resto por eso aunque es cierto lo que dice tambien hay que ser justos y decir que no son todos los clientes, tambien hay buenos clientes como en todas las profesiones.
Por qué ya no se encargan las cajeras de meter la compra en la bolsa como antes?...si alguien compra apurando hasta el último minuto puede que sea porque por su trabajo o por circunstancias no ha podido ir a hacer la compra antes. Lo de no tener cambio es dificil de creer pues ha de tenerlo para el correcto funcionamiento al cobrar y dar las vueltas y si ven que se les va acabando avisan para que les proporcionen más monedas. En fin que no venga con cuentos que en todos los trabajos hay que aguantar y procurar hacerlo lo mejor posible sin despreciar a los clientes que precisamente son los que te dan el pan que te comes a diario.
Creo que no has entendido nada de lo que está chica nos cuenta, cierto es que cada trabajo tiene lo suyo pero la educación no hay que perderla en ningún momento...un super no es un banco y si tu cuando has entrado en puesto de trabajo por primera vez has ido tan rápido como los que llevan un tiempo enhorabuena
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