Hay veces que no comprendo cómo funcionan las cosas. En las
últimas semanas el hashtag #YoVeoSalvame se ha convertido en una especie de
infección en las redes sociales (enhorabuena al CM de La Fábrica de la Tele)
para defender el derecho del popular programa a emitir sus contenidos a pesar
de las denuncias. Por supuesto, también miles de personas han mostrado en las
redes su rechazo absoluto al espacio que presentaJorge Javier Vázquez y piden
su inmediata retirada. Sin embargo, no he visto a ninguno de esos tuiteros
indignados por lo de ayer…
¿Ustedes no lo han visto? Una y otra vez en los telediarios
de TODAS LAS CADENAS se han emitido las imágenes de un policía musulmán
agonizando en el suelo en el terrible atentando de la revista Charlie Hebdo en
París. Un policía que es rematado con un tiro en la cabeza de la manera más
cruel posible. Y yo quiero hacerles una pregunta: ¿Necesitábamos ver esas
imágenes una y otra vez? ¿No son esas imágenes lo peor que puede emitir un
canal de televisión?
Pero aparentemente, de esto nadie se queja. A pesar de mi
excelente relación con la productora de Sálvame, no soy espectador del
programa, sus contenidos no me interesan. La vida de Rosa Benito o las
desgracias de Terelu no sólo no me llaman la atención, si no que me aburren
soberanamente. Lo que a día de hoy me tiene rascándome la cabeza es que las
asociaciones de espectadores que se sienten agredidas por los contenidos de ese
espacio no se sientan agredidas ante la emisión de una ejecución cruel, salvaje
e inhumana. Y digo yo ¿Dónde está el límite de lo emitible? ¿Es más peligrosa
la lengua de Belén Esteban que la pistola de un terrorista? Yo,
particularmente, desde anoche, no he vuelto a ver un informativo. Yo me he
sentido agredido por esas imágenes. Y por supuesto, no quiero ni pensar en la
familia de ese policía que tiene que enfrentarse a esas imágenes porque,
aparentemente, es información.
No pretendo, con este post ni apoyar ni desapoyar a Sálvame,
que esa no es mi lucha. Sólo quería contarles que me siento asqueado, molesto y
sumamente triste por la emisión de esas imágenes. Desde siempre cometo el pecado de intentar
ponerme en el lugar del débil. Y sí, pienso una y otra vez en la familia de policía
enfrentada a la visión de esa agonía, ese horrible final de su ser querido
emitida como un bucle en las televisiones de todo el mundo. Como comprenderán,
lo de Sálvame me da lo mismo. Y pienso que esa es solo otra de las claves para
entender esta sociedad enferma donde se denuncian unos contenidos mientras se
contempla la muerte en directo porque, curiosamente, eso es información.
Cualquier día de estos tiro la tele por la ventana.
1 comentario:
Completamente de acuerdo contigo, Abel.
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