
Hay un momento en PRESENTIMIENTOS en que el personaje de Eduardo Noriega se entera, en la azotea de un hospital modernísimo y aséptico y rodeado de espejos/cristales deformantes, de que su vida es una porquería. Y esa es la clave de una magnífica película que se estrena este fin de semana, que ustedes deberían acudir a ver en masa y que podría haberse titulado PESADILLA ANTES DE INSTAGRAM. Sigan leyendo que les cuento...
¿Es usted hipster? ¿Vive pendiente de un filtro de instagram? ¿Le gusta lo indie pero sin pasarse? Entonces, PRESENTIMIENTOS va a ser su película del año. Santiago Tabernero ha filmado, y quizá sin ser consciente de ello (o sí) la película hipster definitiva. Solo podría ser más hispter si la acción sucediera en el barrio de Malasaña y la protagonista fuera Community Manager de una empresa ecosostenible. No hay un solo plano en la película que no sea una auténtica belleza de luz, de composición, de sutileza y de medida elegancia. Elegancia instagramera, pero elegancia. Es una película, visualmente hablando, modernisima y perfecta. Un filtro detrás de otro, una aroma vintage y trendy (¡Pero si sale hasta Russian Red!) para contar una historia TERRORÍFICA. Porque PRESENTIMIENTOS es una película de miedo, con mayúsculas. Imagínese usted que dormido tiene una pesadilla y cuando se despierta, resulta que la vida es... mucho peor.Pues eso.
El terror no está ahí fuera. La sociedad no es mala y me quiere hundir. Yo soy el terror y yo soy mi enemigo. Eso es, sin destriparles nada (porque sorpresas hay muchas) la base de este peliculón que ustedes deberían ver, especialmente si huyen ustedes del llamado (a veces con razón) "cine español". PRESENTIMIENTOS es una película que debería ser vista en el Festival de Sundance. Porque es moderna, es enigmática y es contenida y sobre todo, es súper internacional y su lenguaje visual es el que tiene que ser ahora mismo. El miedo no es un grito, el miedo es una comunicación defectuosa a traves de un smartphone. El miedo es la ausencia de comunicación y la falta de cobertura. Y los accidentes de coche (no pregunten) se traducen en desenfoques arty.
¿Y los actores? Para quedarse helado. Al margen de la pareja protagonista, hay dos estrellas que con poco metraje brillan y epatan. JACK TAYLOR y SILVIA TORTOSA (los dos con mayúsculas, claro) demuestran que tan solo hacen falta un par de escenas para ser más grandes que la vida, para comerse la pantalla y para dejarnos con el corazón en un puño. Incluso ALFONSO BASSAVE en un papel de "tronista flequillero de discoteca de polígono" (ya me entenderán) lo borda. Un casting no solo acertado si no eficaz y al servicio de la historia.
¿Lo que no me ha gustado? Quizá una pequeña falta de ritmo, un detenerse demasiado en el preciosismo de las escenas. Recuerden que en la era Instagram todo es súper veloz. Y aquí, la acción se sostiene impertérrita, recreándose quizá en la miseria de la belleza. SANTIAGO TABERNERO ha tardado demasiado en rodar una película que el mismo define de "afectos especiales" (sí, se lo he copiado) y que es NECESARIA (perdonen por el uso excesivo de mayúsculas pero esto es así) porque es la respuesta definitiva a las quejas del "cine español". Ha llevado lo trendy al mainstream y no se ha despeinado por el camino. Y sobre todo, y por encima de todo...qué bonito es salir del cine después de haber visto una buena pelicula y poder hablar de ello. Les recomiendo encarecidamente que vayan a verla, aunque simplemente sea por el hecho de que este director no tarde tanto tiempo en volver a rodar y yo vuelva a confiar (aunque sea un poco) en el "maldito cine español".
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