
Muchos de ustedes me lo han pedido. Me escriben mails para
que les ponga la crítica del nuevo disco de Katy Perry. Y aquí la tienen con un
titular: PRISM es a Katy Perry lo que TARÁNTULA a Mónica Naranjo.
¿Muertos? Pues no, y no se me pongan a chillar que les
conozco. Lo que quiero decir es que ambos discos se vendieron como “más
oscuros, más adultos, menos fáciles” y al final lo único que fueron es la
repetición de una fórmula de éxito que había funcionado con ambas cantantes.
Ustedes saben que soy de la filosofía “más vale una Perry que cien Gagas” pero
tengo que ser honesto con ustedes y Perry no arriesga absolutamente nada en su
nuevo disco. Igual es que los tiempos están complicados y en la discográfica le
han dado un toque para que no se ponga intensa pero PRISM es una versión un
poco más interesante (pero menos fácil) de su disco anterior. ¿Temazos? A
cascoporro pero con la sensación de que o los hemos oído o no son tan frescos.
Con una compositora como Bonnie McKee detrás de los temas,
poco puede salir mal. Y el disco sí tiene momentos brillantes pero aquí no hay
la diversión chicle pop de “Teenage dream” o el mega himno que fue “Firework”. Y eso que sigue investigando en el regreso a
los sonidos ochenteros y le sale bien.
Sin ir más lejos que esa ida de olla espectacular llamada “Walking on
air” que parece salida de escuchar discos de acid house y caras B de Ace of
Base. Baladas donde la voz (megaproducida) de Katy brilla como loca
(Unconditionally, Choose your battles), tonterías pop (Birthday) y quizá la
joya escondida del disco que se llama “This moment” donde juega a ser una
mezcla de Robyn y Agnes con maravillosos resultados.
Resumiendo: PRISM es pop perfect que mola pero apenas sorprende. Una colección
de buenas canciones pop, perfectamente producidas, algunas de ellas
irresistiblemente pegadizas y poco más. Sobresaliente en repertorio. Suspenso
en frescura.
1 comentario:
Me encanta :3 con ansias de que este en mis manos.
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