
Anoche me fui al cine con una amigo a ver el esperadísimo (por los fans del género) remake de POSESIÓN INFERNAL. Todo lo que había leído de esta nueva versión me indicaba que era valiente y que recuperaba a lo bestia el espíritu del original. Y yo les cuento lo que me pareció...
La verdad es que la nueva versión pretende contra viento y marea permanecer fiel al espíritu original, incluso con el gore, donde no se cortan un pelo. De hecho es la película más gore que ustedes van a ver en años en salas comerciales. Desde ese punto de vista, es bastante valiente. Particularmente yo tuve un problema con el casting. En la película original, un puñado de malos actores (algunos realmente malisimos) trataban de disimular sus carencias en una orgía de gritos y sangre. Aquí, esos cinco actores (probablemente mejores actores) parecen sacados de un catálogo de Abercrombie... hasta el que hace de "nerd" tiene rollo. Y miren que la película está bien rodada. Incluso diría yo que está rodada con un cariño y un respeto reverenciales hacia la versión original. Quizá ahí resida el problema. Esto no es una reinvención (como hizo Wes Craven en Scream 4, por ejemplo), esto es una fotocopia anabolizada por el dinero y los medios técnicos de Hollywood. Hay que destacar una fotografía y una banda sonora exquisitas, cosa rara en productos del género. Pero me falta la rabia y la bestialidad del orginal. Está todo ahí, pero de alguna manera nno es lo mismo. Es entretenida, rápida en su discurso y efectiva cuando tiene que serlo, pero esta vez, todo parece coreografiado. Desde luego, es una decente hija menor de la original. Pero la palabra clave es esa, menor.
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