Anoche se estrenó oficialmente SPLASH, un programa que ahogó
en la piscina del share a GRAN HERMANO que ayer volvió a marcar mínimo. SPLASH
incluso consiguió el minuto de oro del día congregando a más de 6 MILLONES de
espectadores. Analicemos los datos.
Una de las claves del éxito de SPLASH es la novedad. Sobre
todo en un años donde los contenidos en GRAN HERMANO son bastante soporíferos.
La casa de Guadalix este año solo está congregando a sus fieles más acérrimos
por culpa de un casting bastante plano y ausente de carisma y unas tramas que
son la versión soft de cualquier episodio de “Hombres, Mujeres y viceversa”. A
pesar del impecable dominio y maestría de Mercedes Milá en plató, de momento la
cosa no termina de arrancar. Por eso, la pasada semana y sin SPLASH enfrente,
el programa hizo ese mismo mal dato.
¿Y SPLASH? Pues miren, el entretenimiento sigue siendo la
asignatura pendiente de Antena 3. A pesar de un gran casting (el mejor visto
hasta ahora), unas buenísimas intenciones y unas ganas de entretener… a ratos
el programa era soporífero. Para que se hagan idea, ayer vimos un programa
donde en dos horas y media vimos… ¡siete saltos! SPLASH pierde dinámica y ritmo
como si fuera una hemorragia especialmente con sus jurados. Con una ANNA TARRÉS
encantada de imitar a Risto (solo le faltan las gafas de sol), un Guti que
pasaba por allí y un Santiago Segura absolutamente despistado y fuera de lugar.
Ayer, un parlamento de los jurados se acercó a los 4 minutos. 4 minutos en los
que NO DIJERON NADA. Y eso es televisión es un coñazo tremendo. ARTURO VALLS,
espídico y repitiendo los peores tics de José Luis Moreno, tampoco ayudo mucho.
Una cosa es animar un show y otra pasear el histrionismo. Arturo Valls está
excesivo. Agota. Los señores de Antena 3 deberían buscar el concepto “VELOCIDAD
AUDIOVISUAL” y empollarlo a fondo, porque SPLASH lo tiene todo para ser un gran
éxito. El arranque ha sido espectacular… ahora hay que mantener el dato, y
mucho me temo que la semana que viene va a bajar algunos puntos.
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