martes, 11 de diciembre de 2012

VIVO RODEADO DE VIOLENCIA

Photobucket
Igual el título de este post me ha quedado un poco burro, pero ustedes saben que, aunque puedo, no me gusta ser sutil a la hora de contarles cosas. Igual lo que les vengo a contar esta tarde les parece una perogrullada, pero yo se lo voy a contar igualmente.

Estoy aprovechando para leer y estudiar mucho últimamente. Cuando digo lo de estudiar no me refiero a una carrera con asignaturas. Intento asimilar lo que leo y memorizar las partes que más me llegan o más interesantes me parecen. De los muchos libros que he leído hay dos que hablan de la gente y las emociones “tóxicas” y he aprendido mucho. Bueno, en realidad no he aprendido nada porque lo que me cuenta ya lo sabía, pero (por lo menos yo) muchas veces necesito un refresco emocional e intelectual para recordar cosas que voy dejando por el camino porque o estoy muy ocupado, o me da pereza, o…

Y les tengo que contar que he decidido eliminar una parte que considero tóxica en mi vida: la información. No toda la información pero sí gran parte de ella. Llevo años desayunando con dos periódicos (uno de derechas y otro de izquierdas) y llevo dos semanas sin hacerlo. Me siento un poco yonki y cada vez que entro a un bar quiero lanzarme a leer, pero no. La violencia que desprenden algunos medios de comunicación se me ha terminado haciendo insoportable. Leer un periódico o ver un informativo últimamente era deprimente. Un bombardeo de malas noticias, de catástrofes, de peligros… de todo pero malo. Y me dio la sensación que todo eso puede ser contagioso y lo mismo salía yo a la calle con el morro torcido. Y no me da la gana. Soy consciente de lo que pasa en mi país, sé perfectamente lo que le ocurre a mi gente, a mis vecinos, a mis amigos… pero no por ello me voy a poner un recordatorio que me hable de más paro, más prima de riesgo, más rescate… sinceramente no.

Hasta hace muy pocos años, casi todo el mundo que conozco ha vivido sin tener ni repajolera idea de qué era la prima de riesgo. Y sin embargo, ahora muchos nos hemos despertado mirando los digitales de la mañana para ver si bajábamos de los quinientos. Me niego. De verdad me niego. Me parece violento imponer a la población (estando como estamos) que tengamos que entenderlo todo. Habrá quien piense que soy un absoluto cazurro y que estoy sugiriendo que se vive mucho mejor en la ignorancia. Y nada más lejos de mi intención. Yo lo que quiero es que salgamos de esto. Quiero más trabajo (de hecho, estoy buscando trabajo). Quiero una vida mejor para todo el mundo. Pero, sinceramente, si desde que me levanto voy de desgracia en desgracia, cuando tengo que salir a la calle lo hago como la Pantera Rosa cuando tenía encima una pequeña nube gris que le tiraba rayos ¿se acuerdan?

Así que, de momento, mi cabeza va a descansar un poco de una información que no estoy completamente seguro de necesitar para mi existir. Voy a ver películas de súper héroes, voy a ver cosas que me arranquen una sonrisa o una carcajada (por favor). Me voy a banalizar unos días para así, cuando salga a la calle, poder sonreír a quién se me cruce en el camino. Digo yo que siempre será mejor que ir por la calle con la mirada torcida pensando en qué va a ser de mí como Mariano me quite lo poco que me queda… ¿no?

Les mando besos y sonrisas.

No hay comentarios: