
Nos vamos 925 a la puta calle. Se quedan los jefes, los políticamente afines,
cobrando lo mismo. "No se puede mantener una televisión pública deficitaria"
dicen. Bien, no la mantengas entonces, no mantengas unos jefes y una mínima
redacción para (textual) "controlar los contenidos".
Ninguno de los 925 que nos vamos a la calle hemos tomado decisiones económicas ni hemos gestionado el presupuesto ni el endeudamiento. No somos los primeros, ni por desgracia seremos los últimos, en ser despedidos en este país que se va a la mierda poco a poco. Eso está claro. Y quiero agradecer el apoyo de amigos que fueron compañeros, que sufrieron despidos injustos hace tiempo y no tuvieron por nuestra parte todo el apoyo que merecían. Desde aquí les pido perdón.
Esto es la traca final de un derribo que comenzó hace años. Un hundimiento moral y económico que no tiene perdón. Al menos quiero que sepáis lo que han hecho y hacen con un dinero que procede de todos y cada uno de vosotros. Dilapidar, malversar, ceder a amigos, pagar favores...
No quiero irme, no, pero sobre todo no quiero que los responsables de este desastre (como ha sucedido en desastres parecidos, llámalo Bankia o el que prefieras) se vayan como si no pasara nada. Se vayan a ocupar otro alto cargo pagado por todos, se vayan como si la culpa de este déficit fuera del técnico que cobra la quinta parte que ellos y se limita a hacer su trabajo. Es eso, sobre todo eso, lo que no puedo soportar.
Sé que ya no ves Telemadrid, que ni siquiera la tienes sintonizada, que te da lo mismo si existe o desaparece. Sé que 925 a lo mejor no son tantos comparados con los miles y millones que ya han perdido su empleo a pesar de hacer todo bien. No somos médicos, no somos imprescindibles, pero somos muchas personas que juntas han intentado informaros y entreteneros durante más de 20 años.
Yo no estuve en Espronceda, no llevo aquí desde que empezó esta tele. No viví como trabajadora la época en la que Telemadrid era la favorita de los madrileños. Pero como espectadora sí lo recuerdo, cuando era la cadena que veía todo el mundo, la que sabías que te contaría en directo todo, insisto, TODO, lo que pasara. Hoy he visto de cerca las caras de compañeros que ya estaban entonces. Trabajadores que vieron nacer y crecer esta televisión. Trabajadores que, a pesar de seguir trabajando como el primer día, están viendo morir a Telemadrid y con ella buena parte del pasado de cada uno, de su presente y de su futuro
Puedes seguir manteniéndote al margen de todo esto o puedes reaccionar... Reacciona ante motivos personales o emocionales. Reacciona frente a motivos económicos. Cada cual es libre de decidir qué le duele más. Pero esta tele es tuya, tuya y de todos los madrileños... Y se está muriendo...
5 comentarios:
La verdad comencé a leer con atención cuando ví "Al menos quiero que sepáis lo que han hecho y hacen con un dinero que procede de todos y cada uno de vosotros", pero al final me quedé igual. Porque no cuentas nada. Y sigo sin tener claro porque se arruina la televisión pública. Ya se que un camara no gana mucho, pero si hay muchos más que los necesarios es una razón. A lo mejor no necesitábamos una segunda cadena. Quizás una televisión autonómica es un lujo del que podemos prescindir con la que esta cayendo. Desde luego nunca es positivo que alguien se quede en el paro, pero entre que los recursos vayan a una televisión o a un hospital puedes tener claro cual es la elección de la mayoría. Hay cosas públicas que moralmente tienes que aceptar que sean deficitarias (salud, educación) pero no una televisión
Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó. Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó. Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero tampoco me importó.
Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó. Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó. Ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde. (Bertolt Brecht)
Estoy de acuerdo con lo que dice la carta absolutamente. Le falta comentar que la Comunidad de Madrid va a seguir dando la misma asignación anual a Telemadrid,por lo que ese dinero va a salir igualmente del bolsillo de cada madrileño, 12€ al año. También comentar que el débficit de Telemadrid proviene de la compra que se hizo a Cerezo de todas sus pelis hace tres años, curiosamente, según investigaciones, Cerezo anda detrås del pago del apartamento de Ignacio González en Marbella.
Tremendo. Y para que no queden testigos de las rufianadas ,se quitan a los 925 de encima. Se llama purga. Se llama mafia. Y puestobque es de todos, lo vamos a seguir pagando pero los beneficios se los llevará el Grupo Secuoya (que ya está preparado para desembarcar) No podemos mirar para otro lado, Telemadrid es un servicio público y tenemos que impedir esta operación mafiosa y esta injusticia,por otro lado, hacia trabajadores normales que no han hecho nada malo.Es un ere dramático porque es una burrada y porque salen con 20 días por 12 mensualidades. Cuandoben Bankia con el dinero inyectado por todos, vanba salir con 45 días si tope mensualidades, por año trabajado.Con un matiz, las plazas de Telemadrid fueron por oposición pública, para mayor estafa.
Elijo un hospital
Yo prefiero que Tele Madrid no hubiera existido nunca y espero que deje de ser una carga publica pronto. No obstante la carta esta cargada de razón tanto en lo que respecta al drama del casi millar de familias afectadas como por la injusticia mantener a políticos en altos cargos que mientras "controlen los contenidos" seguirán siendo intocables a pesar de tener mucho de culpa en la perdida de audiencia. Muchos de los males provienen por la creación de empresas como Tele Madrid que pudieron ser buenas en su concepción pero terminaron siendo ruinosas en su ejecución y casi criminales en su administración. No es esto solo un alegato liberal sino una posición practica. Con los políticos que tenemos es mejor vivir con menos empresas como TM por tarde o temprano terminan en el drama que tan bien relata esta carta.
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