Parece ser que a las víctimas de abusos por parte de curas se les han hinchado las narices y se han puesto manos a la obra. Este es el titular que publicaba el diario Público esta misma semana:
“Víctimas de abusos llevan al Papa ante el tribunal de La Haya”
Ya ven cómo estamos. Aunque claro, esto puede ser una consecuencia lógica de tanta violación sin castigar durante tanto tiempo. Hay que recordar que son decenas de miles de personas las que han denunciado los abusos, lo que quiere decir que son muchos más los casos que NO han sido denunciados. Imagínense el desastre. También quiero aclarar que en ningún momento pienso que todos los curas, monjas o miembros de la Iglesia son así de criminales. Pero lo que uno no puede negar es la evidencia. Y por supuesto mi apoyo estará siempre con las víctimas, que quieren que les diga… sólo se ponerme del lado de débil.
Me parece lógico que un grupo de víctimas de abusos haya decidido llevar al Papa y a otros tres cargos eclesiásticos ante el Tribunal Penal Internacional. Se les acusa de crímenes contra la humanidad y la acusación formal ya ha sido presentada. Benedicto XVI ya ha sido acusado formalmente por un diario de prestigio como The New York Times mostrando documentos vaticanos en su portada que demostrarían que Benedicto impidió que se juzgara a curas violadores. A pesar de esta publicación, el Vaticano NO ha denunciado al periódico, lo que me hace temer lo peor.
Si les soy sincero, no creo que esta denuncia llegue a ninguna parte. Soy uno de esos ciudadanos que respeta pero que no tiene demasiada fe en la justicia. Lo único que les puedo decir para terminar es que mi deseo es que se castigue a todos los verdugos y violadores que llevan décadas destrozando las vidas de niños y niñas inocentes, pertenezcan a la Iglesia o a cualquier otro gremio. Las víctimas se merecen una justicia humana, ya que la divina brilla por su ausencia.
1 comentario:
Al igual que tu, yo no tengo mucha confianza en la ley, y ademas, la iglesia tiene bastante poder como para que le emtan mano. No creo que se llegue a nada. Ojala me lleve una sorpresa.
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