jueves, 15 de septiembre de 2011
"CRÍMEN PERFECTO" : LA CRÍTICA
Hay veces que ir al teatro es eso… ir al teatro. Pero en muy contadas ocasiones, la cosa se convierte en una aventura y un acontecimiento. Y esa es la sensación que a uno le queda cuando cae el telón de CRÍMEN PERFECTO, una obra basada en el guión de Hitchcock dirigida por Víctor Conde y que anoche se estrenó en Madrid.
Y es que la obra se sustenta en dos pilares que, al menos para mí han sido imprescindibles. El primero de todo es el director. La manera en la que Víctor Conde ha ideado el paso de la pantalla al teatro es simplemente impresionante. Pocas veces un escenario ha dado tanto juego y ha estado tan bien aprovechado. Es más, no pienso contarles demasiado porque una de las bazas con la que cuenta la obra es ir a verla sin saber demasiado. Un suspense que sorprende en cada escena y que, pensándolo bien, haría terriblemente feliz. Ver CRÍMEN PERFECTO es ver una obra incluso desde sus mismas tripas y una carta de amor desbocado hacia su creador, Don Alfred. De hecho se pueden ver tres cosas a la vez: la propia obra, el rodaje de la película y la trastienda de ambas cosas a la vez. Una especie de muñeca rusa desplegada de efectos sorprendente.
¿El otro pilar? Pues sin menospreciar el trabajo del resto del elenco (aunque Jorge Sanz está pelín hierático para mi gusto), la luz que brilla sobre ese escenario es la de ANTONIO ALBELLA. Su presencia, para que me entiendan es como cuando en las últimas películas de Almodóvar, este hace un chiste y el público se lo agradece entregado. Antonio Albella es ese chiste elevado a la máxima potencia y en parte gracias a un lenguaje corporal y un registro de voz sobresalientes. Cuando uno tiene la sensación de que la obra está a punto de decaer, Albella aparece en el escenario, se hace dueño de la obra y ya no la suelta. Domina el texto como un mago y demuestra su grandeza llevándoselo de calle como pocas veces se ha visto. Él es el espíritu de Hitchcock en un solo personaje con ese carácter sombrío, ese humor aterrador y esa sorna perpetua. Vamos, apabullante.
Por lo tanto no me queda más que recomendarles efusivamente que, si están en Madrid, no lo duden ni un instante. Les va a dejar con la boca abierta.
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1 comentario:
Fantástica recomendación, a mi marido le ha encantado y es más aficionado al teatro que yo, que soy mucho más cinéfilo. Genial crítica con la que coincido.
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