PAUL: UN COÑAZO ENORME DE PELÍCULA

Llevo un verano de cine que es como para tirarme por un barranco, pero la verdad es que la culpa es solo mía. Con estos calores que me tienen la sangre achicharrada, cuando voy al cine creo que voy más por buscar el refugio del aire acondicionado que la película en sí. Y así me va. Después de esa orgía de hierros retorcidos que fue TRANSFORMERS 3, esta semana he vuelto a meter la pata hasta el fondo con PAUL…

Miren que el tándem protagonista de esta peli me hizo gracia hace unos años ya con la original SHAUN OF THE DEAD, aquí bautizada con el horrendo título de ZOMBIES PARTY. Son un dúo clásico del humor de siempre: el tonto con cara de bueno y el gordo idiota. A priori tiene que funcionar, pero se ve que Hollywood les ha sentado como el culo. Literalmente.
PAUL cuenta la historia de dos frikis ingleses que están obsesionados con los comics, las películas de ciencia ficción, los ovnis y la trilogía del Señor de los Anillos (es decir, pajilleros cibernéticos). Estas dos prendas deciden recorrer una ruta en USA donde supuestamente se han producido avistamientos de naves espaciales. Y justo en medio del camino se estampan con un coche que conduce… un marciano. Efectivamente, la premisa de la peli es ya como para desorinarse del espanto (y eso por no hablar de la lentitud del metraje). Total, que los dos frikis adoptan al marciano, a una chica tuerta ultra religiosa (hasta que le quitan la idiotez) y todos ellos son perseguidos por varios agentes de una organización gubernamental dirigida por (pongan aquí cara de sorpresa, por favor) SIGOURNEY WEAVER, una mujer que un día fue una grandísima actriz y últimamente rueda hasta spots del Caprabo si le pagan lo suficiente.
Con toques a lo peor de MEN IN BLACK y homenajeando a Spielberg cada vez que pueden (qué vergüenza de final, señor) uno tiene ya a la hora de película unas ganar enormes de que alguien le pegue un tiro al marciano, a los frikis y que le hagan un bukkake a la tuerta mientras su padre lo contempla todo atado a un crucifijo, porque es desesperante.
Lo dicho, que aburre hasta las ovejas, que los chistes ya los hemos visto y oído antes y que ni siquiera un cameo de la maravillosa Jane Lynch (la entrenadora de la serie GLEE) consigue salvar a PAUL del desastre más absoluto. Pereza total del espacio exterior.