El pasado jueves pude recuperar, en glorioso 3D, la última entrega de la serie DESTINO FINAL. Y ya saben ustedes que cada vez que veo una peli de miedo, yo se lo comento que para los calores del verano nos viene de maravilla. Y esta vez me lo he pasado pipa, sobre todo porque la peli es cutre salchichera pero hasta eso se lo han currado.
EL DESTINO FINAL es una peli para morirse de la risa. Y punto. Aprovechando la tecnología de las tres dimensiones, la verdad es que las muertes están más curradas y no se han cortado un pelo con el gore e incluso salen mujeres con los pechos fueras. Y tengo que decirles que esta es la única novedad. Porque la peli es exactamente igual que las tres anteriores: el panoli de turno tiene una visión de que una barbaridad va a ocurrir y se va a morir hasta el apuntador. En esta ocasión, el desastre acecha en un circuito de carreras de coches. Y, claro, escapan y entonces la muerte se mosquea y se los va cargando uno a uno. Exactamente igual que en las anteriores. No hay nada nuevo, excepto que los actores cada vez son peores y ellas parecen sacadas de un catálogo online de masajes con final feliz. Como les decía antes, las muertes están tan curradas que incluso una musculoca fallece por una "absorción anal" que es lo nunca visto.
Si quieren ustedes una película profunda, con mensaje y con Meryl Streep haciendo un perfecto acento ucraniano, pues no vayan a ver esta, que lo único que pretende es que ustedes sientan la sangre cerca de la cara. Y eso es estupendo, no me fastidien.
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