Menuda se ha armado este año con la celebración del Orgullo Gay de Madrid. Que conste que les escribo esto bastante enfadado, sobre todo después de asistir al éxito enorme de la cacerolada que se celebra ahora mismo en Chueca para luchar contra la prohibición absurda del departamento que controla Ana Botella.
Y es que el Orgullo Gay cada día es más noticia por su organización que por su celebración. Numerosos medios de comunicación internacionales se hacen eco de su celebración y, sin embargo, nadie está hablando de un problema de homofobia patente en un Ayuntamiento que se aprovecha manifiestamente de los entre 32 y 41 MILLONES DE EUROS que esta “fiesta” deja cada año en la capital. Debe ser que, en estos tiempos difíciles, a Ana Botella y su departamento les sobra el dinero. Quizá el departamento de la señora Botella sea capaz de generar ese beneficio para la ciudad en tan sólo cinco días. A pesar de que somos uno de los Ayuntamientos más endeudados del mundo (más de 2.000 euros de deuda por habitante), a ellos les sobra la pasta.
El Orgullo madrileño ha conseguido esta repercusión gracias a una organización impecable, una ausencia de altercados y un comportamiento cívico como pocas veces se ha visto durante muchos años. Los del Real Madrid (que son muchos menos) una vez rompieron la mano de la Cibeles. Me pregunto que habría hecho el departamento de la Sra. Botella si los gays hubieran hecho algo así. Y de todas formas, si el PP está tan preocupado por el descanso de los ancianos que viven en residencias, espero que esa misma preocupación se extienda a los abuelitos valencianos y se suspenda la mascletá y demás fiestas que superen los decibelios.
Y esa iniciativa de sacar el Orgullo de Chueca que no sé quién narices ha tenido la brillante idea, porque les aseguro que la AVC (Asociación de Vecinos de Chueca) a mí NO ME REPRESENTA en absoluto. Les cuento que llevo viviendo en los alrededores de Chueca cerca de 15 años y también les cuento que cuando llegué a Madrid, Chueca era una zona realmente peligrosa. Traficantes, toxicómanos, prostitución, etc. No me voy a poner a contarles que ahora esto es el paraíso, porque tampoco. Pero la zona ha mejorado una barbaridad, y los vecinos disfrutamos de esas mejoras todos los días. Los pisos que antes costaban dos pesetas, ahora valen un dineral. Y les aseguro que como vecino me parecen un coñazo estas fiestas. Hay demasiado follón y a veces nos hemos visto invadidos por hordas de botelloneros que no apoyan la causa sarasa ni nada parecido. El resultado, ya les digo, es incómodo durante unos días. Simplemente incómodo. Pero sigo pensando que la cosa merece la pena una barbaridad y que trasladarlo fuera de Chueca me parece una soberana idiotez. El Orgullo Gay es una manifestación que ha crecido de forma natural (aunque desproporcionada) en los últimos años. La gente viene de toda España y cada vez hay más actividades alrededor de la gran cita del sábado por la tarde.
Deberían dar la cara los de la AVC y decir exactamente cuántos miembros son. Y una vez sabido, a ver a que parte del barrio representan. ¿Se imaginan que los de la AVC son treinta miembros de un barrio donde viven decenas de miles de personas? Ya les digo, son muchas ganas de tocar las narices. Restar en lugar de sumar.
Comprendo perfectamente que haya vecinos molestos, pero también ellos pueden elegir volver a como estaban antes, con putas y camellos a la puerta de su casa y con un nivel de delincuencia que no era normal. Por eso, me parece mear fuera del tiesto ponerse así por CINCO DIAS de celebración al año. Pienso que cualquier tiempo pasado NO fue mejor y que ahora hemos avanzado una barbaridad en muchos aspectos.
No me hace gracia, les comento, lo de la manifestación. No me hace demasiada gracia porque veo la cosa demasiado comercializada. Pero todos los años asisto para hacer bulto. Para que se vea que hay muchos millones “de votos” en la calle y que en un momento dado, millones de personas pueden cambiar su intención de voto. Pienso que hasta que todo el mundo no sea exactamente igual, esta demostración hace falta. Y ojalá llegue el día en que no haga falta. Eso querrá decir que la vida se ha normalizado para todos los ciudadanos de este país. Y eso sí que será motivo para ir orgulloso por la calle todos los días del año.
4 comentarios:
muy bueno el articulo , pero una rectificacion , lo del brazo de la cibeles no fueron los del real madrid sino los de la selecion española
Me ha gustado mucho el ultimo parrafo
Hay pero Dios mio hacia donde vamos?? siempre hacia atrás, quitándonos derechos e intentando hacernos desparecer, es lo que pasa en este país, no vemos lo positivo de las cosas y siempre tiramos hacia lo negativo. Hay que ser realista, esto es lo que nos espera en un futuro inmediato...recortes a nuestros derechos y mas crucifijos en la calle......
Absolutamente de acuerdo en la totalidad del artículo. "Sumar en vez de restar", qué gran verdad, aplicable a muchos aspectos de la vida y de la libertad del individuo, que muchos se encargan de coartar y de poner trabas.
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