miércoles, 22 de junio de 2011

AYAMONTE: LA MAGIA

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Muchos de ustedes que estuvieron leyendo los últimos meses la sección “CRÓNICAS DE UN SOLTERO” sabrán perfectamente que una de las protagonistas de mi historia es mi madre. A pesar de que la popularidad de la mujer ha subido como la espuma gracias a sus consejos y cualquier día de estos le pongo una sección rollo Elena Francis, que para eso es mi madre y si quiero la estampo, ella se ha mantenido firme y serena gracias a muchas cosas, pero a una en especial: un pueblo de Huelva que se llama Ayamonte y donde ella es muy feliz.

Por eso estas líneas al terminar el día son para el pueblo de Ayamonte y sus gentes que tan bien han acogido a mi familia siempre. Ya es nuestra segunda casa y no se crean que ha sido sencillo, que mi madre es una vasca racial de pies a cabeza y para que ella reconozca su cariño y su amor incondicional por un sitio fuera de nuestro lugar de origen, imagínense la maravilla que tiene que ser Ayamonte.
Precisamente por eso hoy vengo a hacer una promoción desvergonzada y descarada de Ayamonte y todos sus habitantes. Siempre nos han tratado como una familia, siempre han hecho que brille la luz en nuestras vidas y siempre nos han inundado de alegría. Todos y cada uno de los días.
Para que se hagan ustedes idea de lo importante que es la influencia ayamontina en la vida de mi madre les pongo unos ejemplos de cómo ha cambiado su vida. Y les vuelvo a recordar que ella es vasca, vasca y luego vasca.

-Para empezar, todos los años se viste de gitana con sus amigas y se va a hacer el Rocío. Por supuesto, mi madre defiende con uñas y dientes el Rocío como una cosa ONUBENSE, así, en mayúsculas. Nada de Sevilla, por dios. De la misma manera que Fresita gritaba “Salou es mío” mi madre defiende el Rocío onubense con una decisión pavorosa.

-Mi madre y la Iglesia Católica llevan peleados toda la vida. Ella es una mujer consecuente y no quiere formar parte de una organización que piensa lo que piensa de su hijo. Pero a pesar de eso, como es una mujer de fe, todos los años se casca una mantilla y una peineta y se ha hecho cofrade. De nuevo, el poder ayamontino es insondable.

-El colmo de la preocupación de hijo me llega cuando, ella ya en pleno éxtasis flamenco me comenta que se ha comprado un cajón para aprender a tocarlo y literalmente me dice que se le da de maravilla.

-Mi madre es una persona sana que no ha consumido drogas en su vida, pero a pesar de eso, se ha hecho amiga de dos árboles ayamontinos en el camino que lleva a la playa y con los que tiene unas conversaciones aparentemente muy intensas, me informa mi padre.

-Los amigos, que ya son familia, han conseguido que mi madre haya asistido a un mitin del PP. Ustedes no conocen a mi madre, pero hace unos años era más fácil que atracara un banco y se hiciera drag queen que esto. Para compensarlo, aparentemente también ha ido a un mitin del PSOE y ha tratado de aterrorizar al candidato del PP (que es el hijo de unos amigos entrañables) amenazándole con cambiarle las papeletas y meterle las de Bildu en el sobre.

-Y lo mejor de todo, es escuchar su voz cada día al otro lado del teléfono. Todos los días está feliz y la sonrisa se escucha en su voz. Supongo que no tengo otra manera de explicarles la magia de Ayamonte.

No puedo nombrar a todos los amigos de mis padres porque seguro que se me olvida alguno y entonces lo mismo les montan un pollo por la calle, que el carácter andaluz es muy sentido para sus cosas (recuerden: Lola Flores no era gallega). Pero quiero con estas líneas recomendar a todos mis lectores que, si alguna vez pueden, vayan a Ayamonte, porque es un sitio que, cuando menos lo esperábamos, cambio la historia de mi familia y nos llenó de paz y de buenos recuerdos. Para todos los ayamontinos mi gratitud eterna. Vosotros sois la magia…

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado este post, tu madre y todo su carácter.
No he estado en ayamonte, pero conozco a gente de allí y la verdad que son todos geniales :)


Felicidades por el blog!

Francisco Javier Díaz Pérez dijo...

No sabes lo feliz que me has echo al escribir este post, como onubense que soy me siento orgulloso de lo bien que has descrito ese fantástico pueblo y me siento muy feliz de que tu madre esté tan bien allí, tiene que ser una persona fantástica sin duda, y por supuesto que estoy con ella al cien por cien...el Rocío es ONUBENSE..jejjejej...Espero algún día verte por allí, un abrazo de un onubense que te estima y te sigue..

Estela Rengel dijo...

Me gusta que la gente "de fuera" hable bien de Huelva, de sus pueblos, de sus cosas... Gracias por este post.

Una onubense.