“SE ARMÓ LA GORDA” sería un titular mucho más indicado para esto que les quiero contar y es que la semana pasada el servicio de protección al menor de Estados Unidos se presentó en casa de la ex cantante de éxito (y actual foca marsupiala) Mariah Carey para comprobar que la intérprete de “Mariposa” estaba siendo un buena madre.
La cosa sucede porque, al parecer, Mariah ha sido vista pegándole a la cerveza cuando estaba recién parida. Por lo visto una enfermera le aconsejó que se bebiera una birra para facilitar la lactancia y Mariah lo hizo. Alguien la vio y decidió denunciarle. Parece que la cosa se iba a quedar ahí pero a finales de la semana pasada este organismo del gobierno se volvió a presentar en casa de la cantante para asegurarse de que los chiquillos estaban bien.
Lo grave del caso no es, por supuesto, lo de la cerveza. Lo terrible de todo es que Mariah ha reconocido que no para de poner sus canciones a los críos. Y esto sí que me parece denunciable. Si ya es un drama muy grande salir de una vagina con un señor que dice que es tu mellizo y encontrarte a la intérprete de “Soy esa piba” (I’m that chick) sudada, llorando y diciéndote que es tu madre, imagínense lo que tiene que ser escuchar su discografía completa en estéreo. Vamos, que eso sí es muy denunciable y debería ser considerado un delito, lo de la cerveza es una tontería, por dios…
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