Como pueden ustedes comprobar, lo de TELON está ya siendo un clamor popular y yo estoy como un niño con zapatos (de Prada) nuevos. Y el lector con el que inauguramos la semana es un tío encantador que me sigue mucho por Facebook y que se llama EDUARDO HERAS. En el momento de escribir estas líneas, Eduardo debe estar a punto de terminar de leer TELÓN y me da un poco de miedo su reacción que lo mismo se pone como las Grecas y me estampa el libro en la cara la próxima vez que me vea.
De nuevo, sólo me queda darles mil millones de gracias por el apoyo incondicional y les animo a que me sigan enviando sus fotos con el libro y así hagamos el álbum de familia disfuncional más grande del mundo.
Les quiero tanto que prometo no depilarme las cejas jamás de los jamases.
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