Saben que tengo la estúpida costumbre de no mentirles nunca y de escribir sobre lo que me da la gana, cuando me da la gana y cómo me da la gana. Soy una persona y no una máquina expendedora de chuches, por lo tanto, soy visceral, tomo partido y mi visión de las cosas es absolutamente subjetiva en la mayoría de las ocasiones. También cometo el error (para algunos) de moverme por cuestiones de empatía o afectos varios, y por eso, porque siempre escribo lo que quiero, hoy escribo sobre JORDI GONZALEZ.
El señor González y yo ni tomamos café juntos, ni vamos al cine juntos, ni siquiera nos hemos visto nunca, al menos que sea yo consciente. Y resulta que acabo de ver lo que sucedió la semana pasada en el programa LA NORIA mientras era entrevistado EMILIO RODRIGUEZ MENENDEZ. Miren que yo no estoy nada de acuerdo con lo que Tele 5 está haciendo con este señor. Yo soy de esas personas que piensa que NO todo el mundo tiene derecho a que le pongan un micrófono. Mi vida sería mejor si E.M.R. se quedara callado y no le viera bajar al infierno una y otra vez en la cadena amiga.
De la misma manera que la actitud de Tele 5 no me gusta, me he quedado alucinado con la del señor González. Yo quiero tener una carrera en los medios de comunicación y ahora estoy intentándolo en la tele. Y supongo que sigo insistiendo por personas como el señor González. El pasado sábado dio una lección de muchas cosas, pero sobre todo de ser un ser humano inteligente y decente. Con lo atropellado que soy, no he podido sino admirar la paciencia del señor González con lo que tenía encima. Sería facilísimo poner verde a Tele 5 y lo fácil no me gusta nada. Siempre prefiero quedarme con lo mejor y repito que seguiré intentándolo en la tele para algún día llegar a tener un poco (aunque sea un poco) de lo que tiene el señor González. Porque yo trabajo para eso, en Tele 5 o en la sala de mi casa. Yo trabajo para algún día irme a mi casa sabiendo que, a pesar de los pesares alguien como E.R.M. no me ha arrastrado al infierno.
Gracias, señor González.
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