El pasado domingo por la tarde me armé de paciencia y me dispuse a ver con un bol de palomitas y dos litros de coca cola zero sin cafeína la última entrega de la serie SAW, que resulta que la han hecho en 3D y se supone que es el final de la saga. Sigan leyendo y les cuento.
La película es de un tedioso que asusta. Y claro, como con la anterior entrega la censura se puso chunga, pues han rebajado el tono del gore, lo cual la hace mucho más insustancial si cabe. Yo creo que a los guionistas de esto les ha pasado lo mismo que a los de PERDIDOS, y es que se han armado un lío tan grande ellos mismos que no sabía ni por dónde salir.
De nuevo los espectadores van a asistir a una serie de “pruebas” con aparatos imposibles enganchados a la cara de alguien y que, claro, siempre terminan mal. Hay que decir, eso sí, que el arranque de la película es prometedor por la novedad del lugar dónde se cometen las pruebas, pero de ahí adelante es literalmente de un aburrido que te mueres. Ni se innova en nada y con las torturas se lo curran menos que nunca. ¿Y lo del 3D? Pues un verdadero chiste y una treta de márketing para sacar más pasta con esas gafas que le quedan a todo el mundo como el culo porque se nos pone cara de bibliotecaria inglesa. Resumiendo, a pesar de alguna secuencia bien rodada y mejor editada, la película es mediocre, muy mediocre. Los personajes están absolutamente desdibujados y el final…tramposo hasta la risa. Hace tiempo que los creadores de esta saga dejaron de preocuparse por hacer una buena película o al menos por conseguir escenas con algo de imaginación. Pero es que esta vez se han olvidado hasta del público. Necesitaban recaudar pasta en USA por Halloween y por eso, más que una película, SAW 3D es una excusa.
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