martes, 30 de noviembre de 2010

EL PARTIDO DE AYER

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Ayer estuve hasta las trancas de hacer cosas y no pude ir al gimnasio hasta las 9 y pico de la noche. Y salgo a la calle y me encuentro las calles vacías. Imagínense que me entero por el twitter de Jordi González que hay un partido de fútbol muy importante. Resulta que jugaban el Barça y el Real Madrid. Y esto debe ser un asunto de estado porque según iba al gimnasio (no me crucé con un alma por la calle) miraba las calles vacías y los bares abarrotados con gente absolutamente hipnotizado (¿idiotizada?) delante de las teles…

Al salir del gimnasio me enteré del resultado y me puse más contento que unas castañuelas. Detesto el fútbol, no les voy a engañar. No tiene nada que ver con el deporte, sino con todo lo que rodea a ese deporte que se empeña a promocionar a sus jugadores como estrellas del rock en lugar de como deportistas. Se puede ser una estrella del deporte y ser un buen chico. Se puede ser Rafa Nadal, aunque se empeñen en que mola mucho más ser Cristiano Ronaldo. Y de eso les quiero hablar. Desde que me enteré de que el Real Madrid había pagado 94 millones de euros por el chiquillo que anuncia bragafajas de Armani, decidí que nunca me sentiría del Madrid. En una época tan difícil como esta, me parece hasta obsceno que se pague ese dinero por un futbolista. Y me da igual si lo van a recuperar vendiendo camisetas o posavasos con la imagen de las nalgas prietas de Cristiano. Es simplemente obsceno.
Empatizo mucho más con el Barça sobre todo por su entrenador, un hombre que, al menos para mí, representa un nuevo concepto del fútbol. Es un hombre comedido, elegante, fue un buen deportista y ahora es un buen entrenador. No le hacen falta ni los gritos ni las salidas de tono para conseguir todo lo que consigue. Pep Guardiola es un poco Rafa Nadal. Se puede ser el mejor siendo humilde. O quizá es que para ser el mejor hay que ser humilde, que todo puede ser. Y lo mismo puedo decir de su equipo. Aquí no hay ni Gutis (ese Beckham low cost, por dios), ni Cristianos ni Beckhams. Parece ser que el Barça está preocupado por encontrar buenos jugadores que hagan bien su oficio. Y claro, les han metido cinco goles como cinco soles. Y digo yo que lo mismo los del Madrid están tan preocupados por las mechas y las camisetas de lycras que se han despistado…¿no?
Pues eso, que visca el Barça (creo que se dice así)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias desde Barcelona, majo. Hoy me gustas todavía más. ¡Visca el Barça!