martes, 19 de octubre de 2010

UN CURA. DOS CHAPEROS. UN MAL FINAL.

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Esto ha pasado en Sevilla el pasado fin de semana. Resulta que han encontrado a un curo muerto en su casa. Un casoplón estupendo lleno de obras de arte. Se lo han encontrado en la cama despelotado de cintura para arriba. Entonces todo el mundo piensa que le ha dado un infarto de tanto rezar. Pero las cosas, presuntamente, no son lo que parecen.

Para empezar, el fallecido era homosexual y practicante. A pesar de tener un contrato firmado con una empresa (la Iglesia) donde había firmado la cláusula de la castidad, el cura en cuestión era in poco viciosillo y había contratado los servicios de dos chaperos post adolescentes que, presuntamente, lo estrangularon y robaron varios objetos valiosos de su casa. Por supuesto, las televisiones se han visto inundadas de testimonios de otros curas y feligreses que hablaban de lo buena persona que era. Pero señores, para empezar, el cura en cuestión era un mentiroso y le han pillado en un flagrante incumplimiento de contrato. Eso no hace que se merezca la muerte, por supuesto que no, pero es otro detalle más del lamentable estado en que se encuentra la Iglesia en todo el mundo. Al margen de los MILES de casos de pedofilia, de las monjas embarazadas y de los escándalos económicos, todo el mundo sabemos que los curas follan, y eso es algo que no deberían hacer por contrato.
Espero sus opiniones.
Sería un buen hombre, pero era un pésimo sacerdote.

1 comentario:

Angie dijo...

http://mispringues.blogspot.com/2010/07/curas-viciosos-en-el-vaticano.html