LA MALDICION DE MADONNA (ACTUALIZADO)

Nadie se atreve a publicarlo. Nadie excepto yo, eso está claro. El documento que les traigo hoy les va a poner los pelos como escarpias. Porque el fin del mundo está a la vuelta de la esquina y esto es una prueba más. Ya saben ustedes que la política mundial está fatal de la vida, lo de la crisis del petróleo es heavy, lo de Israel ni les cuento, el paro es de mareo y ahora… ahora la catástrofe se cierne sobre el mundo del espectáculo. Y la culpable de tamaña desgracia no es ni más ni menos que la que están pensando: Madonna, la abuela elástica.

Los talifans de la ambición geriátrica deberían leer este post antes de mandarme los ositos de peluche bomba, que hay que ver al carácter que tienen los jodidos. Madonna se está haciendo mayor. Muy mayor. Excesivamente mayor para ser una estrella del pop y competir en igualdad de condiciones con las taradas que le intentan arrebatar el trono. Y Madonna, que además de artista multimedia es una bruja sin final ha cogido y ha hecho un hechizo para destrozar a todas sus competidoras. Si no me creen, hagamos un repaso a las aspirantes al trono y verán como la maldición de Madonna ha caído sobre ellas.

BRITNEY SPEARS: Como una regadera del todo a cien. Desde que Madonna le miró mal, Britney se ha vuelto esquizofrénica, bipolar y se ha puesto morada a Frapuccinos de esos que engordan más que una tarde con Raquel Mosquera. Britney tiene ataques de pánico, se salta el playback, tiene la mirada esa de vaca mirando al tren y, por mucho que digan, todos sabemos que su padre la tiene encadenada en un sótano y forrada de litio. Últimamente parece recuperada pero, digan lo que digan, sigue gorda y sus discos suenan demasiado a ardilla.

MARIAH CAREY: Ex estrella de la balada romántica que ha mutado en actriz porno de bukkake para forofos de las mujeres redondas. Así de claro. Porque Mariah, además de haber perdido voz, parece un putacón malayo con esos vestidos fucsias de lycra que se empeña en vestir una y otra vez. Y la maldad de Madonna se extiende a su carrera cinematográfica, ya que “Glitter” es probablemente la única peli peor que “Barridos por la marea”. Su último disco era tan malo que su propia discográfica paró la promoción y le han obligado a grabar un nuevo disco de villancicos. Les juro que no es coña.

MILEY CYRUS: Era Hannah Montana, era una chiquilla rubia y, por lo tanto, no suponía ninguna amenaza para la abuela elástica. Pero a Miley le han salido las tetas y ahora quiere ser una popstar mega sexy y canta en bragas de Dolce & Gabanna. Y su primer disco como solista pechugona ha sido un fracaso de espanto. Cuanto más sexy sale en un vídeo, menos vende y aún se recuerdan las caras del público cuando actuó en Rock In Rio. Los niños fans horrorizados y los padres palotes.


WHITNEY HOUSTON: Un poco como lo de Britney, pero cambiando el litio por crack, que es más de negra de suburbio. Whitney pasó de tenerlo todo a hacer el ridículo en la televisión nacional hostiándose con el marido ese que, por lo visto (y guiado por Madonna, claro) la puteó de lo lindo. Se habló de un comeback que no terminó de suceder porque iba a los conciertos más pedo que Alfredo. Y es que esta muchacha tiene una mirada asesina de vendedora de biblias a domicilio que nos hiela la sangre. Y es que Madonna no conoce razas, si hay que cargarse la carrera de una negra, una china o una de Burgos, pues se la carga y ya está. Y tan pancha.

CHRISTINA AGUILERA: Otra que tuvo un momento incipiente y se fue todo al carajo. Christina era una muchacha normal hasta que un día empezó a escuchar voces que le decían que se pusiera tetas de travesti rumana y se pintara como Fofito. Y así ha sido. Su último disco, Bionic, ha durando menos que un tanga en casa de Sonia Monroy y su discográfica no quiere ni verla. Y la carrera de Christina, gracias a la maldad de Madonna, es tan interesante como leer el índice Nikkei en polaco. No vende un disco, no hace gira y se ha divorciado de un judío que tiene pinta de tenerla todo el santo día fregando el parquet a mano y con agua y vinagre. Y para más inri, nos espera el estreno de BURLESQUE, una película ya candidata a la peor película de la historia, incluso antes de haberse estrenado.

KYLIE MINOGUE: Esta es la que más se acercó al trono de la abuela y, por lo tanto, la que más desgracias ha tenido. Aparte de que el Koala ya vende más discos que ella, no tenemos que olvidarnos del cáncer, de los abandonos de los novios y, lo peor de todo y la trampa más mortal de una artista: su contrato con Tous. No se puede caer más bajo, ni se puede ser más catañueletera. Un horror sin fin que nos tiene al borde del pasmo. Y la muy idiota va y saca Aphrodite, el peor y más obvio disco de toda su carrera. Un disco que a pesar de la brutal promoción mundial (lo del Orgullo Gay en Madrid fue mucho) ha pasado sin pena ni gloria. Y mientras tanto, la abuela elástica descorchando champán como las locas con la noticia.

MARTA SANCHEZ: La Madonna nacional sin duda alguna. Está a punto de desaparecer discográficamente gracias a las horrendas producciones musicales de Carlos Jean. Marta ha pasado de trabajar con Nile Rodgers a sonar incluso más barata que los Camela. Y aunque se acerque a la edad de Madonna, la ambición rubia no perdona y está decidida a acabar con la carrera de Marta obligándole a grabar un disco de baladas que la va a poner a la altura de…Paloma San Basilio. Para rematar el horror, Marta acaba de reversionar sus grandes exitos (¿perdona?) junto a luminarias de la talla de Vega, Nena Daconte y cuatro cantantes más que tampoco venden discos. Es como el "Papito" pero treméndamente low cost. Y Madonna en su casa pellizcándose las nalgas de la risa cuando ve que su clón español va a terminar cantando en tómbolas de feria.

Como han podido ver, pruebas no faltan.
Yo no sé ustedes, pero si yo fuese una estrella del pop, estaría acojonado.
Ya pueden empezar a insultar. Gracias.