jueves, 21 de octubre de 2010
I LOVE MY CAR
Uno se puede enamorar de una mujer, de un hombre o incluso de una ardilla, pero…¿de un coche? Pues sí, señores, uno se puede enamorar de su propio coche e inaugurar el sex tunning de golpe y porrazo. Y si no se lo creen ustedes miren lo que ha pasado en Seattle.
Resulta que van ustedes un sábado por la tarde a recoger su coche a un parking después de haber estado de compras. Y, de repente, ven ustedes a un hombre maduro con los pantalones por las rodillas frotando compulsivamente sus genitales contra el parachoques de su coche. El coche, por supuesto, dándolo todo. Y tal es la pasión que en un momento dado, el hombre decide desnudarse del todo para que el efecto “carne contra chapa” sea absolutamente perfecto. Lo malo es que dos abuelas de derechas que pasaban por allí decidieron llamar a la policía e interrumpir el coito. Y cuando la policía llegó, el hombre, que aún no había consumado, se puso como las locas a correr y escapó del parking completamente en pelotas. Los polis le alcanzaron en un parque cercano mientras el coche seguía callado a pesar de que su novio no había usado un condón.
Por supuesto, esto ha pasado en USA, un país que cada día me fascina más porque yo allí sería una persona normal y corriente.
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