Les voy a confesar una cosa: odio los conciertos. Los conciertos de cualquiera. Nunca he entendido la necesidad de estar apretando entre veinte mil seres humanos sudorosos para ver desde lejos actuar a alguien. Y es que al final una termina mirando las pantallas de vídeo porque si no no hay manera de enterarse. Y este fin de semana actuaba en Madrid BRANDON FLOWERS, que es el cantante favorito de mi compañero de gym. Y nos fuimos a ver el concierto….
La sala estaba bastante llena y los minis de cerveza costaban casi 10 euros, lo que me agobió un poco, como comprenderán. También pude observar que Brandon Flowers no es un artista que fascine al público sarasa. Y la cosa comenzó puntualísima con unos teloneros que eran como para estamparles la guitarra en la cara. Una cosa absurda con un pavo que cantaba dos frases por canción…rock minimalista en el mensaje, o algo parecido.
Y entonces apareció BRANDON FLOWERS, haciendo honor a su nombre. Brandon es el artista más amanerado que ha parido madre desde RAPHAEL, lo cual me dejó fascinado. A pesar de la brevedad del concierto, el chico lo cantó todo en directo y hay que ver cómo canta. Además de un carisma encima del escenario acojonante, el chico es un súperdotado vocal. Se trataba de presentar al público su primer disco en solitario y la verdad que gana una barbaridad en directo, lo que me ha hace pensar que la producción de Stuart Price no le ha hecho ninguna justicia. A pesar de alguna canción que no me molaba (Playing with fire o Swallow It), el recital fue alucinante y el chico este es un estrellón como pocas veces he visto.
Por lo tanto, les recomiendo encarecidamente que sigan la carrera de este chico que desde ya mismo debería hacerse un “Beyoncé” y mandar a freír espárragos a sus compañeros de grupo, porque él solito sabe llevar un espectáculo adelante y mucho me temo que le espera un futuro realmente brillante. Porque él lo vale.
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