
¿Una película con Freddy Krueger puede ser plana, larga, gris y aburrida? Pues mucho me temo que sí. Y además de todo eso un coñazo como una catedral. Este que les escribe ha tenido la desgracia de ver PESADILLA EN EL STREET: EL ORIGEN y a continuación les cuento este desbarajuste.
Miren que no aprendo. Me repito a mí mismo que no debería volver al cine cada vez que hacen un remake de una peli de miedo clásica. Pero es que no escarmiento. Psicosis, El hombre lobo, Viernes 13… todas ellas han sido de vergüenza ajena. Y a pesar de todo, me meto de cabeza al cine a verlas. Por eso me está bien empleado tener que soportar esta peli que han hecho del clásico de Wes Craven. Y es que nada tiene sentido. Los protagonistas parecen extras de la saga “Crepúsculo” en horas bajas. Y eso, en el mundo del cine, ya es un submundo en sí. Y los guionistas, en el colmo de la originalidad han decidido “desordenar” las secuencias de la primera peli y lo único que han conseguido es que nada tenga ni pies ni cabeza.
¿Y el nuevo Freddy? Pues una pena, desde luego. El original, aparte de malvado, tenía un sentido del humor y la ironía que aquí brilla completamente por su ausencia. Nada lo hace personal. Uno de los villanos más brillantes del cine de miedo ha pasado a convertirse en un asesino del montón. Y nada más. Es decir, se han cargado un icono. Porque les prometo que a uno le da exactamente igual lo que pasa con esta pandilla de tontos “crepusculares”. Es más, lo que más te despierta la peli son unas ganas interminables de que termine, porque uno tiene la sensación de estar viendo una peli de bajo presupuesto de miedo chusco. Nunca el remake de un clásico.
Huyan de esta nueva versión como de Carmen de Mairena en tanga. Y no crean que estoy exagerando, es que es un rollo insoportable.
1 comentario:
Pues no aprende, no.
Publicar un comentario