LINDSAY LOHAN: DRAMA EN EL TRULLO

Resulta que a Lindsay Lohan le ha dado un jamacuco de la pera en la trena. Quiero recordar a los ilustres lectores que la ex lesbiana (o no, que hasta que no lo diga Charo Reina no se va a saber) está encerrada en una cárcel por beber, meterse cositas malas por la tocha y conducir como si estuviera en la Super Pista Looping. Suerte tiene de no haber atropellado a una abuela judía porque entonces ya le hubieran pedido la pena de muerte directamente. Eso, o asistir el resto de su vida a conciertos en directo de Celine Dion, que no sé qué es peor.
Y es que resulta que Lindsay está en una cárcel de mujeres, que es el único sitio del mundo donde las escobillas de váter son miradas con lujuria. Y en cuanto las internas se han enterado de que allí mismo se encontraba la protagonista de “Herbie” se han puesto como las locas y han empezado a gritar la palabra “Firecrotch”. Para los que no hablen la lengua de Dannii Minogue les explicaré primero que Lindsay es pelirroja y ya sabiendo esto, les traduzco la expresión como “Chocho de fuego”, con lo que pueden ver que las lesbianas carcelarias son igual de finas en Beverly Hills que en Soto del Real.
Y Lindsay, al escuchar los gritos de sus compañeras ha sufrido un telele enorme. Tan grande que del chungo que le ha dado le han tenido que aislar. Se ha intentado arrancar las extensiones, se ha arañado los brazos y según me cuenta otra presa en una llamada a cobro revertido ha dicho que o cesaban los gritos o iba a empezar a cantar “Amor y lujo” de Mónica Naranjos que a una lesbiana es como el ajo para un vampiro o la kryptonita para Súperman. Y las autoridades han decidido de momento ponerla a solas en la enfermería hasta que se le pase el chungo. Yo les seguiré informando puntualmente, que me he hecho amigo de una presa por e mail y a cambio de la discografía completa de Rosana me ha dicho que me lo va a contar todo.