USTEDES Y YO NOS HEMOS IDO DE SHOPPING

El próximo jueves les pienso hacer una crónica en condiciones sobre la boda de una ex anoréxica sueca que se ha casado con su monitor de gimnasio. Además de eso, ella es princesa y él, ahora, príncipe. Pero les vengo a hablar de que estoy muy contento de que ustedes y yo nos hayamos ido de compras juntos y por primera vez. ¿Cómo? ¿Qué no se han enterado?

Pues claro que sí. Hemos ido de compras para que la Infanta Elena vaya monísima a la boda de la del monitor del gimnasio. Y estoy encantado con el modelazo que ustedes y yo le hemos comprado. Porque este vestido se ha pagado con el presupuesto que apoquinamos todos los españoles. No me digan que no se sienten más importantes al saber que, al menos una de las lentejuelas les perteneces. Yo me siento muy Concha Velasco hoy al darme cuenta de la noticia.
Y es además que todos hemos contribuido a que la Infanta (que debe ser súper colega de Espe) patrocine el mundo del toro por Europa. Porque eso es justo lo que nos faltaba con la que tenemos encima: una infanta vestida de torera en una boda real.
Pero vamos a ser buenos y a pensar que hemos hecho una buena inversión, porque últimamente de lo que se trata es de salir en los medios sea como sea. Eso sí, se nos olvido comprarle unos complementos un poco más ad hoc. No me digan que no hubiera sido una preciosidad un moño rematado con banderillas y una flamenca de las de encima de la tele en cada oreja, rollo pendiente diferente. Y es una pena que la Infanta no haya imitado a Lady Gaga y se haya estampado una bolsa de sangre en medio del vals, porque la sangre es también una cosa muy taurina y la hubiera convertido en la estrella del baile en un plis plas.
Lo dicho, que estoy encantado de que por fin ustedes y yo hayamos ido de compras juntos y encima nos hayamos gastado un pastizal para demostrar que a fútbol y a toros…no nos gana nadie.